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Sábado 03 de Mayo, Neuquén, Argentina
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La represa que no es, y que pondría en peligro a Vaca muerta

Se discute cómo se licitarán las represas del Limay; mientras, subyace un riesgo sobre Vaca Muerta, por inseguridad ambiental.

Viernes, 02 de mayo de 2025 a las 17:47

A partir del 7 de este mes, ya no habrá más plazos, y el Estado nacional deberá licitar las represas con sus centrales hidroeléctricas del sistema Comahue. Se discute fuertemente si se aceptan o no las posiciones de las provincias de Neuquén y Río Negro, dueñas del recurso hídrico, según se estableció a partir de la reforma constitucional de 1994. Pero el debate no termina en el aspecto económico de esa negociación, sino que va más allá, se mete decididamente en las cuestiones de la seguridad ambiental. Es que la tremenda falencia de infraestructura necesaria perpetrada en los últimos 30 años, amenaza con un riesgo permanente no solo a las poblaciones, sino a ese gigantesco motor económico productor de dólares que es Vaca Muerta.

El ingeniero Elías Alberto "Gringo" Sapag -por años referente importante de la Autoridad de Cuencas (AIC)- tiene razón en el análisis de ese riesgo, que marcó en dos oportunidades este viernes, tanto en el programa La Primera Mañana, por AM550, con Pancho Casado, como en el programa Ahora o Nunca, por 24/7 Canal de Noticias, con Rubén Boggi (que se emite esta noche, a las 22). Con distintos abordajes, Sapag señaló lo que es una tremenda deuda de infraestructura, la construcción de otra represa sobre el río Neuquén, que garantice el manejo del agua y proteja no solo a poblaciones, sino a toda la región productiva de Vaca Muerta.

De este tema es necesario hablar no solo teóricamente, porque hay una experiencia concreta, la que se registró en 2006, cuando una gigantesca ola bajó por el río Neuquén después de caudalosas lluvias, e impactó contra el complejo Cerros Colorados, que, como se sabe, divide el río en dos cauces, uno que llena los lagos Mari Menuco y Pellegrini, el otro que sigue aguas abajo y pasa por Centenario y Cipolletti-Neuquén hasta encontrar al río Limay en la Confluencia. El agua estuvo a centímetros de desbordar por encima del dique, y pasó por ese cauce hacia los lagos artificiales llevando 8 mil metros cúbicos cuando el régimen era de 400 metros. El agua llegó hasta la puerta de las oficinas petroleras instaladas en Loma de La Lata, por entonces el yacimiento más importante para abastecer con gas a la Argentina. 

En concreto, el 2006 fue el año en que el río Neuquén desbordó, y estuvo a poco de provocar un desastre ecológico y económico de gran magnitud, interrumpiendo el suministro de gas a la zona central de Argentina. Esto puede volver a pasar, y afectaría, ahora, a Vaca Muerta.

Esa crecida puede repetirse, mucho más cuando los fenómenos meteorológicos (y sus consecuencias) son cada vez más intensos, como se vio hace poco en Bahía Blanca. En concreto, está muy bien lo que acota Sapag: no solo hay que hablar de números, de dinero, sino de seguridad ambiental. En todo caso, esas dos asignaturas confluyen, o pueden confluir, en el resultado económico del mediano o largo plazo. 

Hay varios proyectos ya terminados para construir otras represas sobre el río Neuquén. Chihuido es el más importante, y ya ha fracasado, por decisión de los gobiernos nacionales, tres veces. ¿Es necesario? Claro que sí. ¿Es el momento de avanzar? Es muy posible que sea ahora... o nunca.

 

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