Desde hoy y hasta el domingo, La Saladita abrirá sus puertas en Vista Alegre, a apenas 30 kilómetros de Neuquén capital, en el predio ferial K7. Esta vez, con un despliegue que duplica anteriores ediciones: más de 100 feriantes, tres estacionamientos organizados y un circuito completo de servicios, que incluye patio gastronómico y sanitarios. Una ciudad dentro de otra ciudad.
La ubicación, estratégica y de fácil acceso, está sobre Ruta 7, unos 50 metros después de la rotonda con Ruta 51 en dirección al dique Ballester. El lugar elegido, de cuatro hectáreas, permitirá un flujo más ordenado de visitantes, tras las complicaciones de tránsito que dejaron las ediciones anteriores. Por eso, en esta oportunidad el estacionamiento será pago, estará a cargo del Club Deportivo de Vista Alegre y funcionará como una colaboración solidaria. Una forma de sumar al evento un gesto con impacto local.
Los feriantes llegaron de distintos puntos del país, especialmente del norte, y traen consigo productos que van desde ropa y calzado hasta artículos de bazar, electrónica, herramientas y lencería. La mayoría son fabricantes, lo que permite ofrecer precios por debajo del mercado habitual. Se espera que más de 500 personas trabajen directamente en el predio durante los cuatro días que dura la feria, que abrirá de 10 a 22.
Entre las novedades, se suma un operativo conjunto de tránsito, Defensa Civil y la comisaría local para ordenar ingresos y evitar embotellamientos. Todo el perímetro estará controlado y no se permitirá dejar vehículos sobre la ruta. También se informó que estará prohibido vender o ingresar con alcohol, y que el predio contará con más de 20 baños públicos distribuidos para los visitantes.
La Saladita ya se convirtió en un clásico del calendario popular en el Alto Valle. No sólo mueve cientos de puestos y clientes: también activa pequeños clubes, comercios periféricos y mano de obra local. Esta edición, más que nunca, promete ser un paseo económico, seguro y organizado en tiempos donde cada peso cuenta.