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Miércoles 09 de Julio, Neuquén, Argentina
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Por qué hoy se celebran 30 años del Día del Hincha de Cipolletti

Un accidente fatal, una historia de pasión y una fecha que se volvió emblema para el fútbol del Alto Valle

Miércoles, 09 de julio de 2025 a las 18:30
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El 9 de julio de 1995, dos hinchas de Cipolletti murieron en un accidente al regresar de un partido en San Juan.

Cipolletti tiene días felices y otros que duelen, y el 9 de julio es una mezcla de ambos. No es una efeméride impuesta por el calendario ni por una institución oficial. Es una fecha marcada por el dolor, el respeto y la memoria. Hoy se cumplen 30 años del trágico regreso desde San Juan, cuando dos hinchas del Albinegro murieron en un accidente vial, dejando una herida que nunca terminó de cerrar y que, sin embargo, sirvió para que esa pasión colectiva tuviera un día propio: el Día del Hincha de Cipolletti.

Todo empezó en 1995, durante un cuadrangular que definía el ascenso a la B Nacional. Cipolletti viajaba con chances y con fe. Miles de hinchas se movilizaron hasta San Juan con la ilusión de volver a ver al club en el lugar que merecía. Pero el recibimiento fue hostil. Barreras, represión, piedrazos y un operativo que pareció armado más para disuadir que para garantizar seguridad.

El partido se jugó, la derrota dolió, pero lo peor vendría después. En la ruta de regreso, uno de los colectivos chocó contra un camión sin luces. Murieron Roberto “Tito” Hevia y Marcelo “Ñato” Salinas. Otros quedaron heridos, todos, marcados. No era la primera vez que la locura por Cipolletti dejaba un saldo trágico. En 1973, dos hinchas, Soulés y Scianca, murieron en la ruta rumbo a Comodoro Rivadavia. Y en los años siguientes se registraron varios accidentes más, por suerte sin víctimas fatales.

Pero fue recién en 1996 cuando un grupo de hinchas propuso convertir ese 9 de julio en una fecha conmemorativa. Una forma de recordar, pero también de reafirmar identidad. Por eso hoy, las hinchadas organizaron una gran fiesta en La Visera, con música, juegos, comida y familia. 

El Día del Hincha de Cipo se instauró un año después, como homenaje a los que dejaron la vida siguiendo al club.

Desde entonces, cada aniversario se transforma en un ritual. Se colocó una placa en la entrada de la popular, se multiplicaron las banderas con nombres propios, y se consolidó un sentimiento que no necesita títulos ni categorías. Porque ser hincha de Cipo, y más aún, en Cipolletti, es una forma de estar parado en el mundo, incluso cuando las luces se apagan y la tabla no ilusiona.

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