Este martes 22 de julio se abrió una nueva página en la historia del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa. Con 262 mesas distribuidas entre yacimientos, bases operativas y localidades clave, se desarrolla el proceso electoral de una de las estructuras sindicales más potentes del país, en el corazón mismo de Vaca Muerta.
Marcelo Rucci, actual secretario general, encabeza la única lista que se presenta en esta elección, junto a Ernesto Inal, su compañero de fórmula. Aunque sin competencia formal, la votación tiene un valor simbólico y estratégico: reafirmar la conducción en un momento de transformaciones profundas para la industria, con desafíos que van desde el abandono de áreas por parte de YPF hasta la necesidad urgente de capacitación ante el crecimiento proyectado de la producción.
“Esto es el desastre que ha hecho YPF abandonando las áreas sin tener un buen control en qué manos quedaban”, denunció Rucci días atrás, en referencia a los cortes de servicios que vienen afectando a localidades petroleras como Rincón de los Sauces. “Que pase esto y no le importe nada pega fuerte en un pueblo como Rincón, que durante años le dio riqueza a la provincia y al país”, sostuvo con tono dolido pero firme.
Las palabras no son solo una crítica. Funcionan como síntesis del modelo de gestión que el sindicato pretende reafirmar: presencia territorial, defensa del trabajo y capacidad de respuesta ante una industria que muta a velocidad de fractura. “Hoy estamos viviendo una transición: han llegado a récords de producción, se han superado ampliamente las metas de fracturas y perforaciones, pero en el medio de eso nos han echado a más de mil trabajadores. Entonces sí, gente hay. Lo que falta es decisión política”, aseguró Rucci.
No es casual que en la agenda gremial el salario no esté hoy en el primer lugar. Para el dirigente, la seguridad y la capacitación se han convertido en urgencias. “Es una actividad de mucho riesgo. Se empieza capacitando por seguridad, y después en la tarea específica que se va a realizar. Esta cosa de subir gente por la necesidad del momento nos ha traído muchos accidentes. Estamos tratando de que lleguen lo mejor preparados posible a los puestos de trabajo”.
Con vistas al 2030, donde el gobierno proyecta triplicar la producción de petróleo y duplicar la de gas, el sindicato sabe que el verdadero desafío no es solo sostener derechos adquiridos, sino anticiparse al nuevo mapa de la energía. “Mirá, yo no tengo del todo claro qué rol tendrá el polo tecnológico que se está anunciando, pero todo lo que sume capacitación es bienvenido. Lo importante es que los trabajadores estén preparados y seguros”, apuntó Rucci.
Sobre los conflictos entre comunidades indígenas, empresas y el Estado, el dirigente prefiere mantenerse al margen: “Nosotros no tenemos participación directa. En donde las comunidades están constituidas y reconocidas, respetamos su posesión de tierras. Pero nuestra prioridad es cuidar a nuestros compañeros, y en eso tenemos bastante por hacer”.
El proceso electoral, más allá de la lista única, no es un mero trámite. Es una forma de refrendar un liderazgo en un gremio que ha ganado volumen político propio y capacidad de interlocución directa con empresas y gobiernos. La elección de Rucci no solo ratifica una gestión: define el perfil de un sindicalismo que quiere ser actor central en el futuro energético del país.