El cartel lo dice sin vergüenza: “Pancho con gaseosa, $18.000”. Y no, no es en Aspen ni en Suiza, es en el corazón de la Patagonia, en la base del Cerro Catedral. La foto del menú de un parador explotó en redes y encendió la polémica: ¿comer en la nieve se volvió deporte extremo?
El parador está justo donde los esquiadores se sacan las botas y los turistas buscan algo rápido y calentito para seguir la jornada. Pero la sorpresa no está en el sabor, sino en el precio. Solo el pancho cuesta $15.000, si le sumás la gaseosa, el número se va a $18.000. ¿Querés una hamburguesa con queso? $18.000. ¿Un sándwich de vacío? $22.000, un lujo con pan.
Y no es que todo esté caro en Bariloche, en el centro, esos mismos productos cuestan menos de la mitad. Pero arriba, en la montaña, rige otra ley: la del “costo de altura”, no es nuevo que comer en los cerros sale más caro, pero este año parece que se pasaron de rosca.
Comparación con Aspen
Con el dólar blue a $1.310, un pancho con gaseosa en el Catedral ronda los 13 dólares con 75 centavos. En Aspen, uno de los centros de esquí más exclusivos del mundo, por 15 dólares te comés una hamburguesa con papas y una cerveza tirada. Incluso hay wraps gigantes por 9 dólares que, según los locales, dan para compartir.
En redes no tardaron en aparecer los chistes: “¿El pancho viene con pase libre al cerro?”, “¿Es de ciervo patagónico?”, “¿La gaseosa es cosecha orgánica?”. Pero más allá del humor, hay bronca real. Muchos turistas llegan con lo justo y se topan con precios que los obligan a bajar al centro para poder almorzar sin hipotecar la tarjeta.
En cada temporada de invierno, se reabre el debate y si querés comer sin fundirte, más vale que te lleves vianda.