La provincia de Neuquén anunció que garantizará la provisión de leche entera en polvo fortificada para beneficiarios del Plan 1.000 Días, luego de adjudicar la licitación pública N° 529 por un total de 60.000 kilogramos del producto. Esta medida alcanza a niños y niñas de 1 a 3 años en situación de vulnerabilidad social o con riesgo nutricional, y a personas gestantes sin cobertura de salud.
La decisión responde a la discontinuación, por parte del Gobierno nacional, de la entrega directa de leche dentro del programa federal. Según indicaron desde Nación, la modalidad fue reemplazada por transferencias monetarias a las cuentas de la Asignación Universal por Hijo (AUH) o por Embarazo, pero diversas organizaciones sociales denunciaron demoras en la acreditación y montos insuficientes frente a la demanda real de leche.
Ante este escenario, el Gobierno neuquino resolvió intervenir para asegurar la continuidad del programa nutricional. La compra cubre un período de seis meses y busca evitar desabastecimientos en hospitales y centros de salud de la provincia, donde la entrega continuará bajo indicación médica y en articulación con equipos psicosociales.
El suministro está dirigido a infancias con peso bajo o estacionario, o con condiciones sociales y clínicas que puedan afectar su estado nutricional. También se incluirá a personas gestantes sin cobertura de obra social, con el fin de preservar su salud y la de sus bebés.
La licitación fue autorizada mediante el Decreto DECTO-2025-106-E-NEU-GPN. Fue adjudicada a tres firmas: CINANDBER S.R.L. ($170 millones), VERONICA S.A. CIAFEI ($166 millones) y LA SIBILA S.A. ($165 millones), con un monto total de $501 millones. El financiamiento proviene de partidas presupuestarias del Ministerio de Salud, específicamente asignadas a la Administración de Insumos Hospitalarios.
Desde la cartera sanitaria provincial destacaron que, además de esta compra, se mantiene la provisión habitual de leches medicamentosas y fortificadas adquiridas por el Estado neuquino. Profesionales del sistema de salud valoraron la continuidad del programa ante el riesgo que representa, en contextos de alta inflación, reemplazar alimentos esenciales por transferencias económicas.