La historia de una injusticia
Mónica es jubilada y vive con la mínima. Hace más de dos décadas, un incendio le destruyó su casa y su comercio. Tras el trauma, cerró todo y dejó atrás ese proyecto de vida. Pero para el sistema administrativo provincial, su local “nunca cerró”. Y desde entonces, le siguen cobrando ingresos brutos como si aún estuviera en funcionamiento.
Lo más indignante: ella misma inició el trámite de baja hace 17 años, pero recién ahora le dieron la razón. Sin embargo, le informaron que solo le devolverán los últimos cinco años, porque así lo establece la ley. Todo lo anterior, quedó perdido.
El reclamo ignorado y la respuesta absurda
“Lo que tengo son los WhatsApp que mandaron y las copias con la documentación la tienen ellos porque está en el sistema de ellos. Me responden con un WhatsApp que hubo equivocación y que tengo que esperar un mes más. Ya no me queda otra”, contó Mónica con impotencia.
A pesar de haber presentado toda la documentación necesaria, la respuesta oficial llegó por mensaje de celular y no por un canal formal. Mientras tanto, debe seguir insistiendo para que el trámite avance. Le siguen pidiendo papeles, como si fuera su culpa que el sistema nunca haya registrado su baja.
“No somos ganado”
“Mi dinero me lo tienen que devolver inmediatamente, porque no tengo la culpa de que sean inoperantes. Es un robo y una tomada de pelo. Hace 17 años que presenté la baja, pero te devuelven solo cinco años para atrás”.
El maltrato burocrático, el desgaste y la indiferencia frente a su situación marcaron todos estos años. Su caso es apenas uno entre tantos, pero pone en evidencia la falta de humanidad de un sistema que trata a los contribuyentes como si fueran culpables por los errores del Estado.