Aunque durante años se creyeron extintos, los caballos con rulos volvieron a aparecer en la región rionegrina, más específicamente en Maquinchao. El descubrimiento fue de casualidad en el año 2003 y desde entonces se ha empezado a criar y conservar esta especie y ya hay una tropilla de 40 ejemplares de esta especie.
El encargado de descubrir que esta especie aún está viva fue el veterinario y productor rural Gerardo Rodríguez, quien junto a su esposa dieron con un ejemplar de esta imponente especie. Esta aparición no solo es importante por la belleza de estos caballos, sino también por ser considerados uno de los animales nativos más históricos y relevantes de la región patagónica, particularmente de la meseta rionegrina.
Junto a su esposa Andrea Sede es que la pareja comenzó a criar a los famosos "Crespos de la Meseta" para ver si podían volver a reconstruir la población de estos caballos y dejarlos reocupar nuevamente de manera salvaje el Valle. Pero claro, para ello necesitan una adaptación a las duras condiciones climáticas del lugar. En su entonces ya esto fue lo que ocasionó su extinción, ya que por culpa de la falta de agua y pasto en muchos locales terminó siendo presa fácil de cazadores.
De todas maneras, el caso de los caballos con rulos es considerados como uno de los más importantes en la región valletana y el mundo, por tratarse de un increíble caso de estudio de conservación y preservación animal. Cabe destacar, a modo de dato curioso, que el mismísimo Charles Darwin había quedado sorprendido con la belleza de este particular animal, claro, mucho tiempo antes de que la extinción lo amenazara.