Cómo es posible que una diminuta flor amarilla haga su aparición inesperada? ¿De dónde viene? ¿Cómo decidió irrumpir en el patio? ¿De dónde saca sus colores? A veces la manifestación de una florecita en un lugar inusitado nos desplaza a la reflexión. En el caso del libro de poesía Choz Rayen la pregunta se desplaza de foco: ¿quién se detuvo a observar esa flor? ¿Se detuvo?
Para esta poeta percibir esta presencia no es un acto estanco. Mirar es acción y metáfora. Dentro del amarillo un nombre vela y resiste, la interrupción sólo existe y se multiplica en el poema, soporte exacto a la medida de la percepción de quien observa y siente.
Viviana Ayilef presenta su último trabajo con editorial Las guachas, en una potencia linguísitica que combina comentarios, ensayo y poesía. Lleva el nombre del primer poema que aparece en la sección más lírica del libro para ubicarnos en este contraste entre la delicadeza y la bravura de una flor amarilla que emerge presentando su importantísima presencia al planeta.
Viviana puede advertirla, y nos transmite su visión de esta manera:
Choz Rayen
pero ¿qué hace
esa flor amarilla
en el jardín de este patio?
¿y cómo sobrevivió,
de qué manera corrió el tallo a la pala encarnizada?
¿para qué brilla esta mañana
a quién le da su razón
de qué manera está erguida
qué estructura la sostiene
si ya la han arrancado, y no una
muchas veces
florcita pequeña
de qué vertiente
en qué agua
de dónde
sacas
el color?
Osadía y sencillez
En conversación con una de las editoras de "Las Guachas" pudimos descubrir algunos de los secretos de la cocina de este entramado. Nos cuenta Tamara Padrón: “Hace años que leemos atentamente a Viviana Ayilef por eso nos interesaba muchísimo editarla, más allá de las coincidencias afectivas y literarias que tenemos".
"Creemos firmemente que su poesía tiene una fuerza construida a partir de la sencillez, pero también de la osadía y de la necesidad de poner palabras, recuperando la dimensión poética capaz de generar conocimiento a partir del lenguaje del poema", agrega.
No es la primera autora mapuche que esta editorial acompaña. Al respecto, Tamara reflexiona: "estamos seguras que hay algo en ese lenguaje que habla del territorio y que también nos habla y habla de nosotras, habla desde la identidad, y nos hace preguntas".
Maravillosa crisis
Choz Rayen fue cobrando forma de a poco. Por momentos es un libro tejido de urgencias, también es un libro que permite volver a mirar lo ya dicho. Pone en crisis todos los criterios editoriales tradicionales porque es un híbrido, pertenece a la colección de “derivas poéticas” pero podría pertenecer a “citar la fuente” o a “prosa guacha”.
Desde Las Guachas, explican que es un libro que recopila, en distintos discursos, las mismas preguntas, las mismas certezas, los mismos gestos. Y también, además de ese gesto, reúne poemas originales con otros quizás perdidos, en ediciones que ya no circulan o en antologías. También volver a reunir es mirar con otros ojos la misma obra y pensar esos nuevos diálogos, nuevos itinerarios lectores. "Para nosotras es un orgullo", dice Tamara.
La trinchera
“Con ediciones Las Guachas, cumplimos cinco años; y si bien los primeros fueron muy lentos al ritmo de la pandemia, en los últimos hemos crecido más de lo que imaginábamos. Hoy tenemos 16 títulos publicados, cuatro más a punto de salir, tres colecciones a las que se suma una nueva, ya contaremos sobre ATP (apta para todo público)”, detalla Tamara.
Y explica que, en el cambiante contexto actual de la Argentina, la editorial funciona como una trinchera, como un espacio de vínculo, de red, de comunitariedad alrededor de la literatura. “Se resignifica, pasó de ser una apuesta literaria a un proyecto no sólo editorial sino también de vida, porque creemos firmemente en que hay que visibilizar, hay que dar lugares para escuchar, para que se puedan leer otras voces, voces de mujeres y disidencias de este territorio y de otros, más ahora haciéndole trampa a esta economía y este tiempo cruel, buscando maneras no sólo de sobrevivir, no sólo de resistir sino también de proyectarnos y tener la certeza que esa pulsión de vida va a trascender este momento horrible”, explica Tamara.
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En la parte final del libro nos encontramos con el ensayo: “La poesía es otra forma de levantamiento” en el cual la poeta tensa los hilos de su propia trama personal y bilingüe. La opción de escribir poesía que desde el presente haga conexión con la dimensión social mapuche: “Escribimos poesía así como otros sueñan. Como nuestros logko reciben en la mansa noche todavía avisos de peligro y trueno” (…) “Queremos compartir un relato desde la poesía sobre lo que triza nuestro corazón, lo que lo mantiene altivo”.
Y más adelante del texto: “La poesía se teje en la trama inquieta que construye la memoria. Ahí está su vertiente y también su cauce. Se mueve siempre, la memoria, en formas que no son lineales. Va para poder volver, viene para salpicar lo olvidado”.
El siguiente poema condensa la argumentación antedicha y nos inclina a suspender el silencio:
Las mujeres de mi pueblo
se saludan con dos besos y detienen el abrazo
lo sostienen por un largo rato
se sonríen
a veces lloran también de alegría
luego de ese abrazo
y vuelven a mirarse
lento
sonríen desde los ojos
y las ancestras también se sonríen
en ese momento danza la memoria
la sangre se mueve y un único útero trabaja de nuevo
un niño nace por acá
otro más allá
la alegría de un pueblo se mece en las aguas
los hijos son la memoria
el tiempo
mantiene
allí su equilibrio.
No estamos aquí puestas solas
caminamos con los hombres
los ancianos
las ancianas
las piedras que dicen y el árbol
que acompaña desde arriba
idéntico corazón
mueve el hilo de nuestros caminos
mar y río
agüita de la montaña que baja y da vida
menuco
trayenco
mari mari kushe
mari mari fucha
mari mari ullcha zomo
mari mari weche wentru
mari mari ngen co
mari mari pu ngen
kom.
A veces en ese abrazo sacamos también nuestra pena
quedamos ahí suspendidas juntando los corazones
la pena de nuestro pueblo es muy vieja
pero es siempre nueva
muy larga para contarla
muy presente para no nombrarla
la pena de un genocidio
de una violencia racial que no cesa
en lo cotidiano
la pena de no poder nuestro pueblo es muy vieja
pero es siempre nueva
es muy
estar
existiendo como pueblo.
El abrazo junta todo
se pasa urgente la pena y la alegría se levanta.
Las mujeres de mi pueblo sacan fuerza del
abrazo
útero su corazón
pensamiento su mirada.
Las mujeres de mi pueblo
ese abrazo
que teje.
La solapa de Choz Rayen:
Dice sobre la autora: Viviana Ayilef Nació en Trelew (Chubut) en 1981. Su familia paterna pertenece al antiguo territorio de Aldea Epulef. Su familia materna proviene de Italia y quién sabe. Tiene el newen de la alegría, del amor y de la urgencia en el kupalme.
La literatura la acompaña desde muy pequeña y ahora trabaja con ella desde la docencia y la investigación. Es Magister, Licenciada y Profesora en Letras (UNP). Ha publicado varios libros de poesía: Agua de otoño/ Kelleñu (2011), Cautivos (2013), Meulen(lo que puede un cuerpo) (2017) y Ayun/Memorias del agua (2023).
Las Guachas ediciones
“Somos una editorial independiente, feminista y cooperativa, radicada en la Patagonia. Formamos parte del territorio literario que se extiende a ambos lados de la cordillera, nos reconocemos desde la suralidad, habitamos el wallmapu y desde ahí pensamos nuestro trabajo. Creemos firmemente que el proceso de edición de un libro necesita un acompañamiento amoroso y cuidado. Nos gusta ser editoras. Tenemos dos colecciones: Prosa Guacha y Derivas poéticas".