Un poderoso terremoto de magnitud 8,8 sacudió este martes por la noche la región oriental de Rusia, generando un amplio operativo de emergencia en varios países del océano Pacífico. El sismo, registrado frente a las costas de la península de Kamchatka, desató una alerta de tsunami que alcanzó a países como Japón, Estados Unidos, México, y otras naciones insulares del Pacífico.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro se localizó a 136 kilómetros al este de Petropávlovsk-Kamchatski, a una profundidad de 19 kilómetros. El fenómeno se produjo en una zona altamente sísmica donde convergen las placas tectónicas del Pacífico y de Okhotsk, lo que convierte a Kamchatka en un punto caliente para terremotos y tsunamis.
Evacuaciones masivas y olas de más de cinco metros
Una de las zonas más afectadas fue Severo-Kurilsk, en las islas Kuriles, donde olas de más de cinco metros ingresaron a la ciudad y causaron importantes daños materiales. El sistema de alarma funcionó correctamente y las autoridades evacuaron rápidamente a la población, lo que evitó víctimas fatales.
En Japón, más de 900.000 personas fueron evacuadas de forma preventiva en las regiones costeras del Pacífico. Aunque las primeras olas registradas no superaron los 60 centímetros, la Agencia Meteorológica japonesa advirtió que el fenómeno podía intensificarse y recomendó no acercarse al mar bajo ninguna circunstancia.
Estados Unidos y México activan protocolos
El impacto del terremoto se sintió también en Hawái y Alaska, donde el Centro Nacional de Advertencias de Tsunamis de EE. UU. emitió alertas y activó las sirenas de evacuación en zonas costeras. En California, si bien no se registraron olas destructivas, el Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre fuertes corrientes y oleaje irregular que podrían persistir durante varias horas.
En México, la Secretaría de Marina emitió una alerta por posible variación del nivel del mar en toda la costa del Pacífico, desde Ensenada hasta Acapulco. Se recomendó a la población mantenerse alejados de playas, puertos y zonas bajas mientras se monitorea la evolución del fenómeno.
Réplicas y monitoreo constante
Tras el sismo principal, se registraron al menos seis réplicas de magnitudes superiores a 6 grados en la escala de Richter. Aunque ninguna fue tan intensa como el evento principal, las autoridades mantienen el monitoreo ante la posibilidad de nuevos movimientos telúricos.
Especialistas del Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico indicaron que este terremoto es uno de los más fuertes en la región desde 1952 y que la energía liberada es suficiente para alterar significativamente el comportamiento del mar en todo el anillo de fuego del Pacífico.
Contexto geológico
La península de Kamchatka forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, una región caracterizada por su intensa actividad sísmica y volcánica. En esa zona convergen varias placas tectónicas, y los terremotos de gran magnitud son frecuentes. De hecho, hace apenas diez días, un sismo de magnitud 7,4 sacudió la misma región, aunque sin consecuencias graves.
Este nuevo evento, de magnitud 8,8, se ubica entre los más potentes registrados en las últimas décadas. La falla responsable habría sido del tipo “reverse faulting poco profundo”, una configuración geológica capaz de generar tsunamis de gran poder destructivo.
Mientras las olas continúan desplazándose por el Pacífico, los países afectados refuerzan sus sistemas de vigilancia y prevención. Hasta el momento, no se han reportado víctimas fatales, pero la situación sigue siendo dinámica y de alto riesgo.
Las autoridades de todo el Pacífico instan a la población a mantenerse informada a través de canales oficiales, seguir las recomendaciones de evacuación y evitar las zonas costeras hasta nuevo aviso.
Un recordatorio más de que la naturaleza puede cambiarlo todo en cuestión de segundos.