Nido de las palabras

Los clásicos, ¿están sobrevalorados?

Aquí va una afirmación que muchos jóvenes dicen en voz alta en el día de hoy: los clásicos están sobrevalorados. Las expresiones que se dibujan en los rostros de muchas personas tras oír estas palabras no resultan sorprendentes, pero se suele mirar hacia otro lado cuando los jóvenes pronuncian estas palabras. De hecho, semejante escenario suele tomar lugar en los colegios.
miércoles, 22 de enero de 2020 · 11:20

Por Julieta Ninno

Al decir que los clásicos están sobrevalorados, hay que entender que nadie está diciendo que dichos libros sean “basura” o que sean “malos libros”. Nadie dice que no valen la pena. Al fin y al cabo, la manera en la que están escritos es diferente a como libros hoy en día. Los clásicos son más descriptivos, detallados y su formato entero suele ser diferente a lo contemporáneo. Asimismo, lo importante de ellos no es lo mismo que en la literatura juvenil. 

Los clásicos son un lente que nos permite ver hacia atrás. Nos permiten contemplar a los escritores anteriores y sus obras. Lo que ellos consideraban importante, tanto en general como en un libro, y sus medios. Nos permiten una visión diferente, además de historias increíbles. Pero no lo son todo. Se suele decir que, porque un libro es considerado un clásico de la literatura, es maravilloso e imperdible. Los clásicos merecen sus ovaciones de pie, por supuesto, pero algunas cosas que se dicen sobre ellos son simplemente… demasiado. No son la única literatura existente, ni la más significativa. O al menos eso decimos los jóvenes hoy.

 

 

1) "Las grandes plumas del pasado."

¿Cuál suele ser el argumento que escucho tras esto? Que esas plumas son "grandes" y perfectas debido a que son del "pasado". ¿Tiene sentido? NO. Los clásicos son idolatrados demasiado. Si, se puede argumentar que son imprescindibles, pero el hecho de que hayan sido un furor no significa que lo sigan siendo. Son plumas maestras, sí, pero no por épocas o tiempos históricos, sino por el hecho de simplemente SER.

2) "Las bellas obras que perdurarán por siempre."

¿Por qué? De nuevo, el argumento tras esto suele ser "porque son clásicos". Un libro no perdura por siempre debido a QUIÉN lo escribió, CUÁNDO y CÓMO. Si un libro perdura por siempre, no debería ser por ninguna de esas razones. Debería ser por la historia. Por su contenido. El hecho de que sea considerado un clásico o no es un detalle, no un factor a influenciar.

 

 

3) “Los VERDADEROS libros."

Sólo porque fueron escritos en cierto momento y tuvieron cierto impacto no quiere decir que sean mejores que los demás. Los libros de hoy en día, tanto juveniles como de otro género, siguen siendo libros. No sólo porque tienen páginas y textos, sino porque contienen exactamente lo mismo que un clásico. Una escritura, personajes, una trama, una ambientación y una historia. Son elementos claves, igual de importantes, y los únicos que importan.

Antes de mirar para otro lado cuando un joven se enfurece al escuchar que los clásicos merecen estar en el Monte Olimpo, deberíamos pensar en la siguiente pregunta: ¿por qué leemos?

Habrá millones de respuestas: "porque viajo a otros mundos", "porque las historias de los libros me permiten vivir entre esas páginas", "porque adoro verme reflejado en personajes", "porque los libros tienen el poder de cambiarnos". Etcétera, etcétera, etcétera. ¿Por qué leemos? Tal vez hubo un tiempo en el que un libro fue el furor del mundo. Fue novedoso y revolucionario porque abrió los ojos de todo aquel que lo leía y aportó algo nuevo a la literatura. Y es parte de nuestra historia. Eso lo valoro enormemente, porque entiendo el atractivo de todo eso y el impacto que algo tuvo en un pasado. Pero eso sigue sucediendo hoy en día.

 

 

La literatura juvenil, al contrario, es subestimada. ¿Por qué? Vampiros, hombres lobo, ladrones, hadas, elfos, caballeros, princesas, asesinos, semidioses, magos, aprendices. Suena ridículo, ¿o no? Suena tonto y para nada serio, lo cual se opone completamente a la gran idea con la que vemos a los clásicos universales. Pero, ¿acaso dejan de ser libros? ¿Acaso eso los hace indignos? ¿Tonterías sin propósito? No, no lo hace.

El propósito de un buen libro es el mismo, y la literatura juvenil es CRUCIAL. Esa es la palabra. Crucial. No es tonta ni ridícula. Es poderosa. Y es la razón por la cual muchos leen. Podrá ser mal vista a los ojos de los grandes clásicos de la literatura, pero tal vez es sólo envidia. Tal vez es sólo envidia de que la literatura juvenil es más poderosa.

Los clásicos son importantes, pero también lo son los libros que leemos los jóvenes. No hay mejor ni peor. Sólo libros.

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