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FunPaBiA Cipolletti: ¿cómo es el trabajo de sus voluntarios?

La fundación que existe desde hace 10 años, tuvo varios integrantes pero siempre se trabajó con el mismo objetivo: rescatar animales en situación de abandono.
martes, 1 de octubre de 2019 · 17:55

Adoptar para siempre, rescatar, castrar y no ser indiferentes a tantos perros y gatos callejeros es lo que piden los voluntarios de la Fundación Patagónica para el Bienestar Animal.

Funpabia se mantiene en pie gracias al trabajo de Bettina -la presidenta desde sus inicios- junto a Patricia, Natalia, Raquel, Pablo, Valeria, Mariana y Cecilia.  Apenas ocho voluntarios que se complementan con los colaboradores que con sus aportes de alimento, dinero, cuchas, y ayudando en los arreglos de los caniles, hacen que sea posible cuidar diariamente de unos 50 perros y asistir a muchos otros en distintos barrios de la ciudad de Cipolletti.

El trabajo es diario y constante, ir a darles de comer, ponerles agua y limpiar los caniles no puede no hacerse. Y si bien organizar esta tarea entre tan pocas personas es difícil, no es imposible. La vida propia de los voluntarios, sus familias, el trabajo, los estudios, y sus propias mascotas tampoco se pueden dejar de lado, pero hay una gran predisposición de cada uno para poder ir al predio y ocuparse al menos unas dos horas por día de esos perros que, si bien están en perfectas condiciones, no deberían estar allí.  

En noviembre de 2016 la fundación se tuvo que mudar, ya que el predio fue loteado por una inmobiliaria. Ahora, instalados en una chacra obtenida por un comodato con el gobierno municipal (único aporte) la tarea es diaria, sin feriados, ni vacaciones. Los voluntarios van dos veces por día para limpiar los 13 caniles, que son amplios, darles de comer y asegurase que todos tengan agua limpia. Agua que hasta el año pasado se extraía con una bomba, pero por la contaminación tuvieron que tramitar y pedir un medidor para que los perros tengan agua potable.

El alimento lo consiguen mediante el aporte de la gente que deja pagas las bolsas en las forrajerías y ellos se ocupan de retirarlas a medida que van necesitando.  Por otra parte, la atención veterinaria siempre se hace con una profesional que entiende la situación y les permite tener una cuenta corriente que se va pagando de a poco, con lo recaudado de ferias, sorteos, rifas y colaboraciones (a principios de año, superaron los $40.000 de deuda). La cuenta sube, baja, pocas veces queda en cero pero lo importante, resaltan, "es ayudar a quienes lo necesitan".

 

También reparten el tiempo para buscar perros en Tomas o en cercanías al basural, hay muchos casos de tumores venéreos -TVT- (consecuencia de no castrar) que implican tratamientos largos y costosos ya que es una quimioterapia con una droga de humanos que es difícil de conseguir.

Destacan que los mensajes que llegan a la página de Funpabia son mayoritariamente por pedidos de ayuda, algunos exigen atención, sin tener en cuenta que la fundación no puede ocuparse de todos los casos ya que es justamente un trabajo voluntario. Lo que se trata de hacer es brindar atención veterinaria rápida a los casos más graves y difundir los más leves para que la sociedad colabore con ellos.

Llevar alimento, buscar donaciones, ir a la veterinaria, buscar los perros en los barrios -ya que la gente que pide ayuda pocas veces tiene movilidad- llevar perros a hogares de tránsito, o a sus hogares de adopción, organizar rifas, ferias, y actividades para recaudar dinero, es el trabajo que hacen estas personas comunes, todos los días.

Actualmente, además de los rescatados que tienen en el predio -a principios de 2019 llegaron a tener más de 60- tienen una perra callejera cruza buldog francés, por la que pidieron tránsito desesperadamente ya que estaba preñada. Lograron que una familia de Centenario la adoptara, permitiendo que tenga  los cachorros hasta que estén en condiciones de ser adoptados, pero la felicidad duró poco, ya que fue devuelta a los pocos días por romper una puerta al querer escaparse. Ahora Blanca, está resguardada en un terreno cerrado, junto a los 9 cachorros que tuvo el sábado 28. Al lugar va una de las voluntarias todos los días para alimentarla y limpiar.

Un perro negro, grandote y muy sociable que solía acompañar a esa perrita ahora está en un hogar de tránsito a la espera de una adopción.

También están asistiendo a una familia que tiene otra perra con cachorros, que deben ser destetados porque la mamá tiene un TVT y es urgente empezar la quimio. Además de otros cuatro perros en la casa de una de las voluntarias y otros tres en un patio que les prestan desde hace 2 años. Todos ellos con historias tristes de abandono e indiferencia.

Este no es un trabajo fácil, muchas veces con resultados que no se dan como lo esperan, con adopciones fallidas por perros “devueltos” y con muchas muertes de por medio. Pero entienden que hay que aprender a sobrellevar estos dolores, para seguir con todos los que quedan a espera de una familia.

Hay perros viejos, jóvenes, grandes y chicos, con tres o cuatro patas, alguno chueco, alguno inquieto, pero todos ellos necesitan tener su hogar. Los voluntarios quieren bajar ese número de perros, entendiendo que las adopciones deben darse de manera responsable, es decir respetar el plan de vacunas, castración, tener patio cerrado, brindarle a la mascota paseos con correa, collar etc., pero sobre todo entendiendo que ni perros ni gatos son objetos o cosas que pueden ser devueltos.

En cuanto a las castraciones, la fundación paga el servicio a un veterinario particular que permite castrar a sus rescatados como así también coordinar con vecinos para agarrar sobre todo perras en celo para operarlas. Esto lo hacen por la tarde un día de semana, o un domingo, logrando por jornada la esterilzación de unos 15 perros, entre machos y hembras.

Quien se quiera sumar como voluntario puede acordar días para ir al predio, “con la responsabilidad de entender que por ser un trabajo voluntario, no es menos importante que uno pago. Es importante ser constantes en el tiempo y asumir el compromiso”.

Para aquellos que quieran colaborar pueden ayudar con alimento, cuchas, ofrecer tránsito, dinero para los gastos veterinarios, difundir o lo más importante, adoptar.

Quedan invitados, entren a su página de Facebook -Funpabia Cipolletti – y tal vez puedan sumarse al equipo o sumar a su familia un nuevo integrante.

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