“Liga menor”, “de retiro deportivo”, “vacaciones pagas”, “ya no le interesa la máxima competencia”. Expresiones futboleras alrededor de Lionel Messi desde que en 2023 decidió dejar el fútbol europeo y radicarse en Miami, con la camiseta del Inter a quien condujo a la primera MLS.
A seis meses del Mundial, el capitán argentino no define su futuro en torno a la Selección y aunque todos suponen un final feliz, pidió tiempo, una pretemporada a conciencia antes de hacer el anuncio oficial respecto a lo que podría ser su sexta participación en la máxima cita.
El número de presencias en mundial también es una de las estadísticas a batir por el hombre que domina el fútbol en el Siglo XXI.
Su actuación en la última temporada de Estados Unidos fue realmente sobresaliente con 49 partidos disputados, 43 goles convertidos y 26 asistencias servidas, las últimas dos nada menos que en la final ante el Vancouver Whitecaps , en el momento más caliente de la definición, cuando su equipo se veía superado hasta físicamente por los canadienses.
Y allí es donde radica el verdadero valor futbolístico del rosarino. Messi no se hizo presente todo el tiempo en el “Chease Estadium”, apareció cuando el equipo más lo necesitaba, recuperando una pelota en la salida del rival para asistir a Rodrigo De Paul y en el final, para poner a Tadeo Allende de cara al gol y la definición que desató la vuelta olímpica.
Si los ratos de ausencia eran parte de los reclamos históricos, la actualidad lo ha llevado a dosificar aún más los lapsus de esfuerzo. Poco importa porque sigue siendo igual de decisivo. Pero proyectando su presente al seleccionado, la comunión del grupo para hacer la función “sucia” deberá aceitarse aún más.
El valor de la primera rueda
El sorteo de la Copa del Mundo le dio un espaldarazo a su sueño de defender la corona. Argelia, Austria y Jordania no se apartan demasiado del bajo nivel de los últimos amistosos programados y en los que estuvo a la par para competir.
Seguramente será parte de la charla con Lionel Scaloni porque resulta difícil imaginar que su presencia se mantenga durante tantos minutos como hasta aquí. Sabido es el poco gusto del jugador por salir de los partidos, perderse los minutos finales, donde se definen todas las cosas.
¿Sería ilógico imaginar entonces a un Messi partiendo desde el banco en más de un partido de la Selección? El técnico tiene un dilema futbolero planteado allí, un nuevo desafío para sortear como para seguir midiendo su cintura dentro de un vestuario repleto de figuras, pero con solo súperstar: Lionel Messi a los 38 años de edad.