La historia de Lautaro Rivero parece sacada de una película, pero es bien real. El joven defensor de 22 años fue repatriado por River Plate, luego de brillar en Central Córdoba de Santiago del Estero. Su presente contrasta con un pasado lleno de sacrificios: antes de debutar en Primera, vendía alfajores en la calle para llevar dinero a su casa y ayudar a su familia.
Criado en Moreno junto a sus cinco hermanos, Rivero dio sus primeros pasos en el club Los Halcones, para luego pasar por Villa Luro Norte y La Victoria. Llegó al Millonario con 14 años y comenzó como volante por izquierda, pero su altura (1,85 m) y su perfil zurdo lo transformaron en zaguero central, llegando a portar la cinta de capitán en divisiones juveniles.
En 2021 fue promovido a la Reserva y a fines de 2023 firmó su primer contrato profesional, cuando estaba a punto de quedar libre. Un año más tarde, Martín Demichelis lo incluyó en la lista de la Copa Libertadores, pero la competencia interna lo llevó a buscar minutos en Central Córdoba.
En el Ferroviario debutó en Primera el 2 de junio de 2024 ante Talleres, y tras ganarse un lugar se convirtió en figura, destacándose especialmente en la histórica victoria ante Flamengo en el Maracaná. Cerró su ciclo con 30 partidos, 2 goles y 1 asistencia, además de disputar los seis partidos de su equipo en la Libertadores.
Hoy, River ejecutó la cláusula de repesca y le dio a Rivero una oportunidad soñada: defender la camiseta de su vida en el Mundial de Clubes. “Quiero que mi familia esté mejor, ellos son mi motor”, dijo alguna vez. Ahora, el sueño que parecía lejano está a punto de cumplirse.