OPINIÓN: Clases de Periodismo*
Una vida subvaluada por el periodismo
Hay temas que, por usuales, un periodista abordará a lo largo de su carrera. Los asesinatos por violencia de género, por ejemplo, forman parte de este listado. Y Melina Romero no debería está muerta, pero lo está. Por lo tanto, su crimen ha sido abordado por uno o varios reporteros de distintos medios de comunicación, entre los que destaca Clarín. Y destaca no por el contraste de datos, no por la investigación rigurosa sobre quiénes son los asesinos. Nada de eso. Llama la atención cómo un medio de comunicación con cierta trayectoria publica un perfil de la joven asesinada (hasta el momento desaparecida, a pesar de que sus asesinos ya aceptaron que la mataron y lanzaron su cuerpo al río) titulado "Una fanática de los boliches, que abandonó la secundaria”. Por si el título no es suficiente para darse una idea de la línea que sigue la historia, el medio se encarga de aclarar en cada párrafo escrito que Melina tiene 4 piercings, que tiene amigos mayores, que se levanta al mediodía, que le gustan las redes sociales. Es decir, se encarga de justificar el asesinato de la joven basándose en ciertas supuestas características de la misma.Hay temas que, por usuales, un periodista abordará a lo largo de su carrera. Los asesinatos por violencia de género, por ejemplo, forman parte de este listado. Y Melina Romero no debería está muerta, pero lo está. Por lo tanto, su crimen ha sido abordado por uno o varios reporteros de distintos medios de comunicación, entre los que destaca Clarín.
Y destaca no por el contraste de datos, no por la investigación rigurosa sobre quiénes son los asesinos. Nada de eso. Llama la atención cómo un medio de comunicación con cierta trayectoria publica un perfil de la joven asesinada (hasta el momento desaparecida, a pesar de que sus asesinos ya aceptaron que la mataron y lanzaron su cuerpo al río) titulado "Una fanática de los boliches, que abandonó la secundaria”.
Por si el título no es suficiente para darse una idea de la línea que sigue la historia, el medio se encarga de aclarar en cada párrafo escrito que Melina tiene 4 piercings, que tiene amigos mayores, que se levanta al mediodía, que le gustan las redes sociales. Es decir, se encarga de justificar el asesinato de la joven basándose en ciertas supuestas características de la misma.
Lo que el medio olvida es que está hablando de una adolescente de 17 años. Diecisiete. La página Cosecha Roja, perteneciente a la Red de Periodistas Judiciales de Latinoamérica, ha publicado un texto titulado "La vida de Melina y el periodismo sin rumbo”, escrito por el periodista Maximiliano Montenegro.
En el texto, el autor elabora una certera crítica al tratamiento que Clarín le ha dado al caso, y explica que la razón del asesinato de la joven fue una; que dijo que no. Ella se negó a tener relaciones sexuales con sus asesinos, y ellos la mataron.
¿Qué decía Clarín? La primera línea del texto es fulminante. "La vida de Melina Romero, de 17 años, no tiene rumbo”. Y el resto del texto no hace más que explicar la razón de esta afirmación: porque dejó el colegio, porque sale a discotecas, porque es guapa, porque no vive con su papá. Es impactante que un medio de comunicación justifique el asesinato de una adolescente y desprenda del texto que ella se lo buscó.
Por su parte, Montenegro lamenta que "desde el viernes, cuando el caso trascendió luego de 20 días y la búsqueda policial se tornó ‘seria’, los adjetivos calificativos sobre Melina fueron apareciendo y replicándose en las voces anónimas al compás de un abordaje periodístico (televisivo, radial y gráfico) que direccionó su interés en la conducta, la moral y los valores de la víctima. Todo eso, que andaba flotando aquí y allá, confluyó en la nota citada, donde alguien nos dice de manera contundente que ‘la vida de Melina no tiene rumbo’. Sin dudas, ni matices”.
El autor agrega que "la prensa somos todos los que hacemos periodismo. Acá optamos por escribir, hablar, decir, sin careta alguna. Y hacemos, la mayoría, periodismo con salarios horribles, bajo condiciones penosas, seguramente con escaso margen para plantar ideas y conceptos que pretendan contribuir a tener una sociedad más tolerante, y por qué no igualitaria. Pero los resquicios para hacerlo están ahí, aun cuando el negocio pida alinear los mensajes (nuestros mensajes) con esos paradigmas que vienen de siglos”.
Y finaliza su texto con una reflexión: "Melina, la que usaba piercings. La que no trabajaba. La que había dejado la secundaria. La que tenía amigos de su edad, pero también mayores. La que dormía hasta el mediodía. La que era fanática de los boliches. La que tenía cinco perfiles en Facebook. La que nunca decía en qué andaba. La que, según nos contaron, no tenía rumbo. La que, sin tipearlo o verbalizarlo, rotularon como una putita que se buscó lo que le pasó. Pero a la que masacraron a golpes sencillamente por ser mujer y decir que no”.
* Clases de Periodismo es un sitio de Perú quese ocupa de servicios profesionales de periodismo.