EDITORIAL
Gutiérrez, en una carrera con obstáculos
Sigue la negociación petrolera, un poco estancada y con el tema precio en plena puja. Esto dificulta el cierre del año. La movida de CALF, y cómo puede jugar en el contexto.Otra semana pasó sin que pudiera acordarse la cuestión petrolera, ese dilema que mantiene acotado el panorama del país y de Neuquén como principal productora de hidrocarburos. Hay una sorda puja que seguirá esta semana, ahora centrada nuevamente sobre una coyuntura con despidos y promesas de más despidos en el incesante ajuste de las empresas del sector.
Así, el gobierno nacional de Mauricio Macri, con Juan José Aranguren a la cabeza del tema, tiende a la desregulación, para acercar y finalmente fundir en uno solo el precio del barril criollo con las cotizaciones internacionales; mientras desde Neuquén se advierte con un contraataque, a través de una movida concreta que puso sobre el tapete este sábado el senador y sindicalista Guillermo Pereyra: anular por ley el decreto que habilita la libre importación de combustibles.
"No hubo avance. No se puede avanzar con despidos”, sentenció Pereyra. La cuestión, de extrema complejidad, tiene un costado de análisis simple: la desregulación produciría un beneficio general, al menos presunto, que sería una eventual baja en el precio de los combustibles, y con ello, un motivo más para valorizar salarios, poder adquisitivo, y relativizar aún más la inflación. Pero al mismo tiempo podría provocar un tremendo daño en el corto plazo: caída mayor de la actividad petrolera, continuidad en el freno de inversiones, continuidad en la caída de la producción de petróleo, reducción de plantillas en las empresas, y mayor dependencia de los combustibles importados, que no molesta cuando hay precio bajo, pero puede ser letal a medida que los precios se recuperen.
Para Neuquén, hay un abismo entre una y otra opción. La desregulación abierta, implicaría tensión social por los despidos, además de una continuidad en la caída de ingresos por regalías e impuestos; el sostén de un precio razonable, equivaldría en cambio a asegurar al menos una meseta para los ingresos por regalías petroleras, manteniendo producción en marcha y con ella, trabajo para miles de personas que viven, tributan y consumen en Neuquén.
Esta situación está instalada en el centro de la coyuntura de fin de año para el gobierno de Omar Gutiérrez, que tiene una cita el 25 y otra el 31, la primera con los gremios de la CTA, la segunda con UPCN, de la que le gustaría y convendría salir más o menos airoso, so pena de atravesar un diciembre con potencial de mucha dificultad, sembrado de conflictos que podrían estallar a la vuelta de cada contingencia, y ante la menor provocación.
Es un fin de año que además tiene un poderoso ingrediente psicológico. Mide el primer año de gestión. Esas dos columnas tan conocidas por los contadores, la del debe y el haber, elementales y escolares de contabilidad, que cuando se traducen en política cobran una importancia superior a la inicialmente concedida por el poder de la invención y el orden de los humanos.
Al gobierno de Mauricio Macri, la fecha le cae un poco incómoda, y pretende sortearla manteniendo el Congreso en funcionamiento extraordinario, con el tema del Impuesto a las Ganancias en el debate. Es un tema que formó parte de la campaña, que no fue resuelto, y que vuelve ahora, exactamente un año después, calentado por la primera movilización grande que detonó la CGT en pleno centro de poder porteño. Al gobierno de Omar Gutiérrez, la ocasión no le cae tampoco demasiado cómoda. Ha ganado en experiencia acelerada por la brutalidad del poder, pero el contexto no le es fácil, y la interna del MPN siempre complica, mucho más a medida que se acerca el año electoral.
En este contexto, es significativo lo que se consiguió en la cooperativa CALF. Después del escarnio mediático que le significó a la entidad que se pusiera en el tapete el tema salarial de su conducción e inquietantes dudas sobre el manejo administrativo, el MPN tomó apuntes para considerar ese foco técnico –político como de primer nivel de importancia en el camino hacia las elecciones de medio término, además de clave para la eventual "recuperación” que planea para el 2019. Se pergeñó así una jugada clave, la de integrar una lista única para la elección de consejeros. La unidad electoral se consiguió integrando a figuras de peso en ámbitos clave. Uno de esos ámbitos fue el del propio gobierno municipal; el otro, al universo sindical vinculado a la CTA. Ana María Luján se desempeñó desde la asunción de Horacio Quiroga en 2015 como subsecretaria de Desarrollo Social y Derechos Humanos. Una virtual mano derecha de Yenny Fonfach, pieza clave en el armado electoral del año próximo. Y Marcelo Severini, el ingeniero eléctrico que compartió momentos clave en el EPEN cuando el actual presidente de la cooperativa, Carlos Ciapponi, estaba en ese ente provincial, ha sido desde hace mucho uno de los referentes más destacados del gremio ATE.
El ejemplo CALF no es ocioso, pues estas decisiones se han tomado con pleno conocimiento del Gobernador y su "carpa chica”. No hay ingenuidad en la política, sino en todo caso equivocaciones, y esto, anotado en el Cuaderno del Buen Gobernador, preparado por el MPN en su largo periplo de vinculación estrecha con el poder, es como un libro de bitácora de valor imponderable para los difíciles tiempos que se vienen, con nubarrones propios y ajenos en el horizonte del 2017.
Rubén Boggi