EDITORIAL

De mata en mata

Los tiempos políticos cambian, a veces reflejan el paisaje de la sociedad como el suele suceder con las estaciones a lo largo del año. La policromía de la política neuquina está dada siempre por una base solidificada desde hace años por el MPN.
domingo, 15 de mayo de 2016 · 03:57
Los tiempos políticos cambian, a veces reflejan el paisaje de la sociedad como el suele suceder con las estaciones a lo largo del año. La policromía de la política neuquina está dada siempre por una base solidificada desde hace años por el MPN, otra vez veces la incidencia de los colores se ve atenuada por los signos políticos de los gobiernos nacionales.
 A la monotonía de la dominación del MPN siempre se le presenta una alternativa impulsada desde el gobierno nacional; ya sean los partidos nacionales (cada vez menos) como el PJ o la UCR o las fuerzas emergentes creadas a partir de demandas sociales, sean estos grupos de derechos humanos, grupos de desocupados, demandantes de tierras u organizaciones étnicas agrupadas en un frente político y social (el FpV) y también existe la presencia de las fuerzas de izquierda que tienen representación legislativa.
 Lo cierto es que el escenario político neuquino suele tener esa policromía de la que estamos hablando.
Hoy, tras las elecciones nacionales se han potenciado unas sobre otras; los resultados indicarían que quien debe ser el principal receptor de esos cambios en la ecuación, debiera ser Nuevo Compromiso Neuquino y que quienes retrocederán en el tablero serán las fuerzas que integran el FpV, que algunos ya se empeñan  en dar por desaparecido. 
Muchas figuras del PJ no se sienten contenidas por lo que sobrevivió del FpV tras la salida del poder.  Algunos desconocen la autoridad de Oscar Parrilli como referente y observan como Javier Bertoldi es absorbido en la estrategia del MPN. Las lealtades y la subordinación al ex Secretario General ya no son las mismas y muchos de los peronistas que fueron sus compañeros de ruta creen que deberá legitimarse en las urnas.
 Otras organizaciones se preparan para reposicionarse dentro del PJ, como suele suceder después de una derrota electoral cada cual busca reposicionarse.
Por el lado de los opositores con más chapa, estamos hablando de Ramón Rioseco que salió segundo en las elecciones provinciales y de Horacio Pechi Quiroga, reelecto en la capital de la provincia; tienen la voluntad de seguir tirando juntos y sin una estrategia mayor a la de seguir acompañándose y esperando que las encuestas le otorguen las chances para el 2019. 
Ahora, lo inmediato es definir una estrategia para las elecciones intermedias que representa un serio desafío para esa dupla. Buena parte de sus chances para el 2019 se jugará en las elecciones legislativas del año que viene. Ahí deberán definir una estrategia conjunta o será la interna abierta quien resuelva esta cuestión.
Lo que les presenta un obstáculo importante es la relación de Omar Gutiérrez con el gobierno nacional, y basta con mencionar el monto de los adelantos de coparticipación para tener u n panorama de cómo va la relación entre la administración de Mauricio Macri y el MPN, 2000 millones de pesos es un dato más que suficiente para ver adónde va el apoyo del gobierno nacional. Las diferencias en cuanto al protocolo de anti piquetes de la ministra Patricia Bullrich  han quedado en el pasado. Los votos del MPN seguirán siendo necesarios en el parlamento argentino. De ahí que el apoyo político a NQN sea relativo.
Sin embargo el entusiasmo en las filas del intendente capitalino no merman y siguen apostando a que desde la administración nacional el apoyo nunca será menos o peor a lo vivido durante la gestión kirchnerista. Y ese optimismo se basa en el dinero para el financiamiento de obras públicas fundamentales para mostrar gestión algo que se multiplica en el interior de la provincia, sin embargo esta fórmula nunca le dio resultados al intendente Horacio Quiroga, quien insiste en llegar a la gobernación sin armar estructura provincial.
 La sociedad con Ramón Rioseco tiene las mismas dificultades que  antes del 26 de abril del año pasado;  la desconfianza ideológica que está en la base de la historia política de ambos. La voluntad política no alcanza, el anti emepenismo tampoco, para convencer a la sociedad neuquina hace falta un poco más. Y eso se llama confianza en la posibilidad de gobernar. Esa es la tarea para el hogar que deben mostrar tanto Quiroga como Ramón Rioseco, de ellos depende lograr el crédito necesario para terminar con la hegemonía del MPN.
Las elecciones parlamentarias del año que viene son importantes para el gobierno nacional, para el de la provincia y para las pretensiones de los opositores neuquinos. La inteligencia en las decisiones será fundamental. Ahí brotará  el crédito político tanto para la nueva generación del MPN en el gobierno como para quienes quieren terminar con su hegemonía.
La gira de Omar Gutierrez por EE.UU. tiene varias lecturas. En primer lugar aparenta ser un hecho fundante de su administración, separado de historia de la estructura del MPN, lugar de donde surge su legitimidad. No es a Jorge Sapag a quien debe lealtad por este hecho de gobierno sino a la administración nacional del gobierno macrista. Los resultados de esta gira son un antes y un después en su incipiente gestión.
También hay un antes y un después de esta gira en la relación con su vicegobernador. Mucho se ha hablado de la mala relación entre Omar Gutiérrez y Rolando Figueroa, estos días de ausencia del Gobernador sirvieron para mostrar una mayor cohesión en la gestión de gobierno; ambos representan una nueva época del MPN. Tal vez estén logrando coincidir en que este tiempo nuevo les tiene reservado un protagonismo importante para el destino de la provincia. Nunca se sabe hasta donde las diferencias son un beneficio o una maldición.
El tiempo tiene la última palabra, mientras tanto la política va saltando de mata en mata.

 

M.E.G.



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