LA COPA Y LA SOCIEDAD

Oxígeno para una sociedad que pudo gritar alegría

El triunfo del fútbol argentino en el Maracaná frente a Brasil posibilitó una masiva catarsis, desde los jugadores hasta el último de los argentinos.
sábado, 10 de julio de 2021 · 23:28

Messi llorando de alegría; Neymar, llorando de tristeza. Cara y contracara de una situación deportiva que, por supuesto, trasciende lo deportivo. Así ha sido siempre con el fútbol, al menos por estos lados del globo terráqueo. La alegría fue de los argentinos, y no sabemos hasta cuándo durará. Tampoco importa. Porque el desahogo es largamente merecido. Llevábamos 28 años de no poder celebrar un torneo; algunos más de no poder celebrar algo más grande, algo más allá del fútbol.

La gente estuvo prendida del televisor o de la computadora. Y, después, salió a la calle. Hubo estruendos, pitos, cornetas, bocinazos, banderas, muchas banderas. En el corazón de cada uno empezaba, tal vez, a asomar el logro de un grupo de muchachos, con otro muchacho levemente mayor al mando, como director técnico. El triunfo enterró críticas, acideces, malas intenciones. Los jugadores volvieron a dedicar su magnífico esfuerzo a los “putos periodistas”. No nos hacemos cargo, la mayoría, pero hay justificación en esa alegría con algunos ribetes de odio, de devolución de resentimientos. Somos argentinos. Cada vez que ganamos algo, nos vencemos en algo nosotros mismos. Somos el festejo propio y la amargura, a la vez, del circunstancial contrario.

¿Impactará este resultado positivo, esta copa, esta alegría de Messi, esta celebración póstuma para Maradona, en el ánimo social y político de Argentina? Es posible que sí, aunque difícilmente pueda pronosticarse de qué manera, en las próximas elecciones, esas que están ahí nomás, jugará este antecedente de desahogo primario, intestinal, profundo, visceral, y largamente postergado por finales perdidas.

Desde lo racional, podrá sacarse como conclusión la importancia de que un grupo congenie y funcione como ha funcionado el grupo que integra la actual selección de fútbol. Un grupo que logró borrar divismos excesivos y haraganerías propias de mega estrellas, para asumirse, humilde, sacrificado, consciente de las limitaciones, tanto como de las habilidades.

Es de desear que algún mensaje positivo quede.

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