Weretilneck buscó aliados y espera diálogo con Nación

La falta de previsibilidad que tiene la Argentina lo llevó a Alberto Weretilneck a optar por un discurso netamente político para la apertura del periodo de sesiones ordinarias. No había mucho para repasar de la gestión y menos para anunciar. Entonces el gobernador centralizó su oratoria en sus diferencias con el gobierno de Javier Milei, el impacto de sus políticas en la provincia y reiteró el pedido de diálogo.

Enumeró obras inconclusas, rutas destruidas, ciudades sin transporte por el corte de los subsidios y la incidencia en Educación del Fondo de Incentivo Docente que Nación no depositó. El gobernador buscó sumar apoyo en el recinto y sólo plantearon quejas los sectores reducidos que buscan ser reconocidos como libertarios.

Como en campaña, Weretilneck apostó a defender los intereses de Río Negro y que no sean digitados por nadie fuera de los límites de la provincia. También volvió a mostrar su intención de diálogo. 

Es cierto que en el cierre de grifo que se planteó a nivel patagónico, Río Negro es el que menos tiene para cortar. Weretilneck sabe que no está en condiciones de medir fuerzas con el centralismo porteño que propone Milei. En el mano a mano tiene más para perder que para ganar.

Como el resto de los gobernadores, se necesita una apertura del gobierno Nacional para negociar. El rionegrino se reunió por primera vez con el ministro Guillermo Francos, le recordó que su gobierno cumplió en diputados con la Ley Ómnibus y el presidente  fue el que no respetó esos acuerdos.

Y le insistió sobre la participación de Río Negro y Neuquén en las presas del Comahue, que unilateralmente Milei prorrogó y no tiene intención de respetar lo escrito en la Constitución sobre el patrimonio de los recursos naturales. Se trata del 25% de la energía eléctrica que se genera en el país, unos 800 millones de pesos. 

Este es el objetivo. Y Francos parece ser el negociador designado. Aunque nada asegura que esta vez Milei respete lo acordado con el ministro del Interior.

Esta duda es la que también se le planteó a Weretilneck luego de escuchar los 10 puntos que propuso el presidente como Pacto de Mayo. El gobernador evitó fijar un posicionamiento personal al respecto, aunque confió (antes de largar la Corrida de Cipolletti) que parece un apriete: "'Si ustedes apoyan esta ley, yo les doy esta plata’. Planteado así, suena realmente feo".

De todas maneras, envió señales en búsqueda del ansiado diálogo, el diputado Nacional de Juntos Somos Río Negro, Agustín Domingo se posicionó a favor junto con el neuquino Osvaldo Llancafilo. Un pacto que tiene ideas muy genéricas pero que pone como condicionamiento la aprobación de la ley Ómnibus, bastante más reducida de la que se presentó en enero.

Los tiempos son turbulentos y la previsión es casi nula. En diciembre, el objetivo era llegar a marzo, y ahora pasar abril con recursos absolutamente escasos en todas las áreas.

A corto plazo está en el comienzo del ciclo lectivo. El gobierno provincial reclamó los fondos del Incentivo Docente, y la Justicia intimó a Nación. Mientras, ese 8% de los salarios de los maestros se cubrirá con recursos propios.

De todas maneras y pese a ese esfuerzo significativo, Weretilneck es consciente que las clases no arrancarán el lunes 11. El martes UnTER define si acepta un nuevo bono por única vez: el no es casi una obviedad.

También ATE se sumará al paro. El gobierno provincial traslada la culpa a Nación. Antes del fin de semana se especula que habrá una nueva oferta, algo de eso habló con Rodolfo Aguiar en la visita del gobernador a la sede central del sindicato en Buenos Aires. 

La nueva propuesta deberá ser algo más que una suma fija para salir de la urgencia, como fue enero y febrero. La llave parece ser una propuesta mixta: un porcentaje (imposible que sea cercano a la inflación) y un bono.

Pero esto es plano de las especulaciones. Río Negro no tiene recursos y cada gasto resulta una jugada defensiva de ajedrez financiero que evite el jaque en contra..