Como todos, o casi todos, sabemos, "es la economía, estúpido" fue una frase-eslogan que resonó fuerte en la campaña política de Bill Clinton, en 1992, y a la que le atribuyen al menos una parte de aquel éxito del demócrata estadounidense, después arruinado, en su gestión, por usos y costumbres sexuales con pasantes en la Casa Blanca. Más de 30 años después, en Argentina, hoy vinculada como nunca al país del Norte, vía Donald Trump y su sorprendente ayuda al gobierno de Javier Milei, se vive una especie de celebración en los mercados, post electoral, que puede servir también como contraste de aquel eslogan de campaña, pues puede definirse como "es la política, estúpido", ante cualquier oído que requiera explicaciones acerca de cómo un mercado a punto de explotar, se transforma, tras el resultado de unas elecciones, en un proceloso mar, con navegación asegurada.
Las elecciones del 26 de octubre fueron la prueba de que hay o puede haber eslóganes simplificadores para todos los gustos, que explican los vaivenes de los mercados y la política según la conveniencia; pero, al mismo tiempo, son la demostración, tal vez por vía del absurdo, de que no hay un manual, un instructivo, al que acudir en cada coyuntura que pueda superar el tremendo poder de las mayorías populares, cuando entran directamente en la discusión y determinan resultados.
Como sea, el escenario en Argentina ha cambiado drásticamente tras las elecciones; y, entre otras cosas, confirma una primera lectura para Neuquén, acerca de la enorme oportunidad que se abre para esta provincia en la que la producción de hidrocarburos ha saltado, en pocos años, de la expectativa a la realidad concreta, y está a punto, ahora, de dar otro salto, hacia los niveles de exportación más altos que se hayan conocido en este país, en función de las obras de infraestructura en marcha para viabilizar la venta a otras regiones del mundo, tanto de crudo como de gas, merced a la fuerte producción de Vaca Muerta.
Así hay que contextualizar las acciones de gobierno, pues, en Neuquén, la política y la economía van estrechamente unidas. Por eso, la convocatoria de Milei a los gobernadores, encontró a Rolando Figueroa en plenas gestiones en Brasil para ubicar exportaciones de gas. Neuquén igual estuvo presente en esa reunión, representada por Zulma Reina, vicepresidente 1º de la Legislatura, a cargo de la presidencia y, por añadidura, del estatus de vice gobernadora, aunque no lo sea: el cargo, del que fue apartada Gloria Ruiz, hoy imputada por enriquecimiento ilícito, recién quedará cubierto a partir de las próximas elecciones, que serán en 2027.
Antes, y apenas a horas del resultado de los comicios del 26 de octubre, Figueroa se reunió con el ministro de Economía, Luis Caputo, y casi en simultáneo, envió a la Legislatura el pedido de aval para tomar créditos internacionales por hasta 300 millones de dólares, que el gobierno neuquino utilizará para seguir a paso firme con obras de infraestructura. Esos créditos ya están gestionados, con el BIRF y con el BID, a razón de 150 millones de dólares por cada entidad. La coyuntura es ideal, pues ha descendido el riesgo país, y hay buen clima para los presupuestos, ya presentados, durante la semana que pasó. En el caso del Ejecutivo provincial, el proyecto supera los 7,5 billones de pesos, con estimación de superávit financiero, en función del control del gasto y de un moderado incremento de recursos.
Es casi de Perogrullo que habrá retoques en los equipos de gobierno. Así ha sucedido ya en el gobierno nacional, que, mientras en Olivos cenaban milanesas Milei con Mauricio Macri, vio cómo se evaporó el veterano Guillermo Francos, y cómo se encumbró en ese sillón de la jefatura de Gabinete, el vocero, diputado electo (no asumirá, se entiende) Manuel Adorni. En el equipo de Figueroa también habrá retoques, pues Julieta Corroza irá, en diciembre, al Senado. Esa vacante en el Gabinete despierta muchas expectativas, pues es un área clave en la relación con la sociedad. Nadie se ha puesto nervioso por los cambios que se avecinan, pues el estilo de gobierno en Neuquén ha hecho de la previsibilidad y el ambiente calmo, un culto. También ha demostrado que no es amigo de andar anticipando movimientos.
De todo lo que está pasando y puede pasar de aquí a fin de año, resalta la importancia de la paritaria ya abierta con los gremios estatales. Figueroa pretende resolver el tema de igual manera a lo que ya hizo, es decir, anticipando un acuerdo para el año próximo. No será fácil en esta oportunidad, pues el límite del incremento de la masa salarial global no está lejano, si se quiere sostener el control del gasto. Del otro lado, el gremio ATE avisó que quiere algo más que un ajuste por IPC, medición a la que, de pronto, los gremialistas han dejado de creer.
Igual, no se prevén problemas mayores. Las expectativas son buenas, y la gestión de gobierno provincial se afirma en resolver antagonismos, con la política como herramienta, y la economía como materia prima imprescindible para su funcionamiento. Digamos que, de alguna manera, ha resuelto aquella consigna de la campaña de Clinton versus Bush, en aquella lejana década del 90 del siglo pasado.