Mientras la Justicia ya definió las penas de 6 y 9 años de prisión efectiva por el crimen del periodista neuquino Juan Caliani, ocurrido el 1 de abril de 2024 en su vivienda del barrio La Sirena, el fiscal Germán Martín puso el foco en el entramado social y familiar de los dos adolescentes condenados. Un análisis que se vuelve clave en un contexto atravesado por denuncias de amenazas, hostigamientos y violencia contra vecinos del barrio y personas que declararon en el juicio, y que expone que el delito no terminó con la sentencia.
El juicio por el asesinato de Caliani no solo dejó al descubierto los detalles de un homicidio que conmocionó a Neuquén, sino también una trama social que sigue generando conflicto aun después del fallo. En ese escenario, en una entrevista en el programa Entretiempo por AM550, Martín profundizó sobre el entorno familiar y social de los adolescentes condenados, un aspecto que —según explicó— fue central durante todo el proceso judicial y hoy vuelve a cobrar relevancia por los hechos ocurridos durante el proceso judicial.
“Son dos chicos con realidades distintas”, señaló el fiscal al referirse a los jóvenes que admitieron su participación en el crimen y fueron condenados este viernes. En su análisis, Martín remarcó que uno de ellos creció en un contexto de extrema vulnerabilidad, atravesado por situaciones de abandono, negligencia parental y carencias estructurales que marcaron su desarrollo desde la infancia.
Sin embargo, fue categórico al diferenciar el caso del otro adolescente condenado, cuya situación —a su entender— resulta más reprochable desde el punto de vista penal. “Es un chico de una familia constituida, de clase media o media baja, trabajadora, que tuvo otras condiciones de inicio y mayores oportunidades”, explicó. En ese caso, sostuvo que, pese a la existencia de dispositivos estatales, acompañamiento y recursos disponibles, los tratamientos y abordajes no lograron generar un impacto positivo.
Un entorno que sigue generando violencia
Las palabras del fiscal no quedaron aisladas del contexto actual. Martín confirmó que el entorno cercano de uno de los condenados quedó vinculado a conflictos anteriores al fallo, en referencia directa a denuncias por amenazas y hostigamientos sufridos por personas que declararon en el juicio o que viven en las inmediaciones de la vivienda del adolescente.
“Ese último chico es el que tiene conflicto con una vecina”, puntualizó el fiscal, al tiempo que aclaró que se trata de situaciones que continúan bajo análisis judicial y que mantienen en alerta a las autoridades. El señalamiento cobra especial peso a la luz de las reiteradas denuncias públicas realizadas por Isabel Navarrete, vecina del joven condenado, quien aseguró haber sido víctima de amenazas de muerte, agresiones físicas y un clima de intimidación constante.
Navarrete denunció que las agresiones se intensificaron luego de declarar en el juicio por el asesinato de Caliani. Según relató en entrevistas radiales, recibió amenazas explícitas contra su vida y la de sus nietos. “Me dijeron que iban a entrar a mi casa y a matarme a mí y a mis nietos. ‘Yo ya sé matar’, me dijeron”, expresó.
Los hechos denunciados incluyen ataques con pirotecnia, daños materiales, insultos, gestos obscenos y vigilancia permanente, protagonizados —según su testimonio— por el joven condenado, su pareja y otros integrantes de su entorno familiar. “Saben cuándo salgo, cuándo me quedo sola, con quién estoy. Me vigilan todo el tiempo”, afirmó la mujer.
Un juicio que no cerró el conflicto social
El asesinato de Juan Caliani ocurrió cuando los adolescentes ingresaron a su domicilio con fines de robo, derivando en su muerte. Ambos aceptaron su responsabilidad mediante un juicio abreviado. Los dos adolescentes declarados responsables por el homicidio de Caliani en la ciudad de Neuquén, fueron condenados a 6 y 9 años de prisión efectiva.
La decisión fue comunicada el jueves por la tarde por el juez de la Niñez y Adolescencia, Dardo Bordón, quien resolvió imponerle 6 años de prisión efectiva al adolescente que sostuvo a la víctima, y 9 años de prisión efectiva a quien la apuñaló.
Pero más allá de las condenas, las denuncias por amenazas y hostigamientos exponen que el impacto del crimen sigue activo en el territorio, y que el entorno de uno de los condenados continúa siendo un factor de tensión y riesgo para la comunidad.
En ese sentido, el análisis del fiscal Martín no solo apunta a explicar el pasado de los jóvenes, sino también a advertir sobre un presente en el que la violencia no se disolvió con el fallo judicial, y donde las consecuencias del asesinato de Caliani siguen escribiéndose fuera de la sala de audiencias.