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Domingo 18 de Mayo, Neuquén, Argentina
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Trump y una inesperada agenda para Medio Oriente que inquieta a Israel

La gira de Trump por la región reveló prioridades que no coinciden con las expectativas israelíes

Domingo, 18 de mayo de 2025 a las 13:13
Trump se reunió con el presidente de Siria, Ahmed al-Sharaa
Netanyahu, preocupado por los planes de Trump para Medio Oriente
Israel no estuvo incluida en la gira de Trump

Desde el 7 de octubre de 2023 y a medida que se acercaba la fecha de la elección presidencial en Estados Unidos, se consolidó en Israel la idea de que para reconfigurar Medio Oriente de acuerdo con sus necesidades de seguridad, y para que el gobierno de Bibi Netanyahu pudiera hacer lo que consideraba que tenía que hacer en la Franja de Gaza para terminar definitivamente con Hamas, era casi imprescindible que Donald Trump ganara la presidencia.

Sin embargo, hace unas semanas empezaron a llegar desde Washington señales preocupantes para Netanyahu. Primero fue el inicio de conversaciones con Irán para evitar que ese país obtenga una bomba nuclear, pero sin limitar su desarrollo con fines pacíficos, algo de lo que Israel desconfía y por eso rechaza. Todo empeoró estos últimos días, más precisamente desde que Trump inició su gira por Medio Oriente solo visitando Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes. Que Israel no haya estado en el plan de vuelo es, a estas alturas, lo menos preocupante para el gobierno israelí.

Trump de gira por Medio Oriente

Durante su gira, Trump traspasó varias líneas rojas, algunas tan inéditas como insoportables para Israel. En Abu Dhabi dijo que en Gaza "hay mucha gente pasando hambre". Ni Biden se había animado a tanto. Esa declaración, además de acercarlo a las posiciones de Pedro Sánchez y de Emanuel Macron, quienes estas semanas tuvieron un feroz cruce diplomático con Israel por criticar en durísimos términos la campaña militar israelí que se sigue profundizando en Gaza, terminó de descolocar a Bibi. De todos modos, Netanyahu debería estar más preocupado por lo que Trump hace que por lo que dice. Está diseñando Medio Oriente sin importarle mucho lo que Israel quiere (o, mejor dicho, Bibi).

En los encuentros con Trump, los líderes de los países árabes dejaron en claro que, así como estaban dispuestos a avanzar en una alianza estrecha con Estados Unidos, que se concretó en acuerdos millonarios y apoyo a las decisiones del presidente de EEUU sobre la región, era imprescindible una hoja de ruta para los palestinos, que incluya la creación de un Estado. Trump reinstaló así un tema que el gobierno de Netanyahu y casi todo el arco político israelí había sacado definitivamente de la agenda después de la masacre de octubre de 2023.

Las malas noticias para Bibi aparecieron con cada movimiento de Trump. En su estadía en Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohamed bin Salman le organizó una reunión con el presidente islamista de Siria, líder del grupo Hayat Tahrir al-Sham y ex Al Qaeda, Ahmed al-Sharaa. Se trató del encuentro más revulsivo y sorprendente de la gira. Trump se mostró muy entusiasmado con quien gobierna Siria después de haber expulsado a Bashar al Assad. No solo lo llenó de elogios sino también le levantó las sanciones que Estados Unidos ejerce sobre Siria. A cambio le pidió que, entre otras cosas, normalice relaciones con Israel. El problema es que Bibi hasta ahora no quería saber nada de tener de vecino a un gobierno conducido por yihadistas. Por eso la presión militar sobre ese país es constante. Pero hay otro mensaje con un simbolismo feroz: a la hora de cumplir con sus objetivos, Trump demostró que está dispuesto a hablar y acordar con quien sea. Pragmatismo.

En Riad, capital de Arabia Saudita, Trump también dijo que las negociaciones con Irán avanzaban y que lo único que no iba a aceptar era que la teocracia tenga un arma nuclear, algo que es importante pero que a Israel no le alcanza. Pero peor fue cuando días antes Trump pactó con los hutíes, otro de los brazos terroristas de Irán, para que no ataquen desde Yemén los barcos que pasan por el Mar Rojo. Si cumplen, Trump no los atacará más. Sobre el lanzamiento de misiles hacia Israel que continúan, ni una palabra.

También cayó muy mal en Israel que Estados Unidos haya restablecido negociaciones directas con Hamas sin hacerlos participes para liberar al rehén estadounidense Eden Alexander. Detrás de esto parece que estuvo Qatar que desde hace años sostiene política y económicamente al grupo terrorista.

Trump quiere un nuevo Medio Oriente

Todos estos movimientos de Trump buscan reconfigurar Medio Oriente a su manera. Pero para que le salga bien tiene que controlar muchas variables, demasiadas. Para integrar definitivamente a Israel con los países sunitas bajo el paraguas de los Acuerdos de Abraham, debe darle a Arabia Saudita una solución para los palestinos. Para eso debe tratar de convencer a Israel de que Estados Unidos puede controlar a Irán sin tener que entrar en guerra y garantizarle que un gobierno palestino moderado en la Franja y en Cisjordania, sin Hamas, luego de una administración normalizadora en Gaza por parte de Estados Unidos cuando Israel termine la guerra, es un escenario posible que no amenazará su seguridad.

Todas son malas noticias para un Bibi Netanyahu, que imaginó que con Trump como socio en Washington podía terminar de reconfigurar lo que empezó el 8 de octubre: acabar definitivamente con Hamas, Hezbola y la amenaza iraní. Nada de eso cree que pueda pasar sin una presión militar extrema para la que necesita a Estados Unidos. Nunca pensó que Trump llevaría su estrategia transaccional que trae del mundo de los negocios también a Medio Oriente, donde las cosas, cree Bibi, se solucionan de otra manera.

El camino decidido por Trump parece inexorable y el gobierno de Netanyahu ya no tiene muchos elementos para plantarse. Ya los gastó todos con la administración anterior de Biden. Quizás por eso aceptó abrir una nueva ronda de negociaciones en Qatar con Hamas para un alto el fuego en Gaza y un acuerdo de rehenes. Lo hizo al mismo tiempo que lanzó una nueva ofensiva ampliada en la Franja. Difícil que esta gestión tenga éxito. Israel intenta recuperar a la mitad de los rehenes que aún permanecen con vida en Gaza a cambio de un alto el fuego de dos meses y dos centenares de presos palestinos. Tal vez este podría transformarse en el último paso que Israel de antes de hacer lo que Bibi tiene decidido: una operación definitiva para expulsar a Hamas de Gaza. Hoy parece ser la última chance que tiene Bibi de lograr su cometido antes de alinearse con Trump y acompañarlo en la confección de un Medio Oriente que estará muy lejos de lo que imaginó el día que Trump ganó las elecciones.

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