La entrevista que Fabiola Yáñez, ex pareja de Alberto Fernández ofreció en LAM volvió a abrir viejas heridas dentro del ámbito político y mediático. Frente a Ángel de Brito, la ex Primera Dama decidió hablar sin rodeos y describió episodios que, según ella, explican un vínculo deteriorado mucho antes de que trascendieran los conflictos públicos. Su testimonio llevó el tema a un terreno más personal, donde la intimidad y las sospechas quedaron expuestas sin filtros.
Con el correr de la charla, Fabiola Yáñez fue dejando en claro que el distanciamiento no fue casual. Señaló actitudes que, aseguró, no solo confundieron a la sociedad, sino también a ella misma. Habló de contradicciones, de relatos cambiantes y de una manipulación que, según su percepción, buscaba instalar una versión ajena a lo que realmente ocurrió. Esa afirmación marcó uno de los momentos más tensos del diálogo.
La situación dio un giro aún más áspero cuando surgió el nombre de Viviana Canosa. Allí, Yáñez recordó una explicación que la descolocó completamente. Aseguró que le dijeron que la periodista se había molestado por una negativa en el ámbito oficial y que, a partir de entonces, la relación se había quebrado. Sin embargo, para ella había algo más detrás de ese conflicto que no terminaba de encajar.
Fue entonces cuando describió una relación que definió como “excesivamente cercana”. Según su testimonio, los intercambios eran constantes y habían superado el marco estrictamente profesional. Las entrevistas, que en aquel momento llamaban la atención del público, hoy cobran otro sentido a la luz de sus palabras, y ella no dudó en calificarlas como incómodas y hasta inapropiadas.
El panel quiso profundizar y no tuvo reparos en lanzar preguntas directas. Las consultas sobre un posible vínculo sentimental entre el expresidente y la periodista tensaron aún más el ambiente. Fabiola Yáñez fue tajante al responder que nunca obtuvo un reconocimiento claro, dejando en evidencia que la incertidumbre terminó jugando un papel determinante en su relación.
En ese clima cargado, también le preguntaron si ella había tenido sospechas mientras convivía con él. Su reacción, más gestual que verbal, pareció sugerir que hubo momentos en los que la duda estuvo presente, aunque optó por no detallar episodios concretos. Ese silencio terminó generando más ruido que cualquier afirmación explícita.
El final de la entrevista llegó con una frase que retumbó en el estudio. Fabiola Yáñez afirmó que no solo circulaban comentarios sobre esa supuesta cercanía, sino que la propia protagonista había deslizado referencias en público. Esa sentencia terminó de encender el debate y dejó planteado un escenario que promete nuevas repercusiones.
Con sus declaraciones, Fabiola Yáñez reactivó un episodio que parecía cerrado. El impacto fue inmediato y demostró que algunos capítulos, incluso cuando se intentan dejar atrás, vuelven a escena con una potencia inesperada cuando se decide contarlos con nombre y apellido.