A más de dos meses del fallecimiento de Luciano Ojeda, Gladys La Bomba Tucumana se abrió en exclusiva con Puro Show sobre el duro momento que atraviesa. La emoción la desbordó y no pudo contener las lágrimas al hablar de la partida de su esposo.
“Estoy intentándolo como cualquier persona. Mi vida cambió muchísimo. Él me enseñó lo que es amar de verdad, con el alma, a pesar de la edad”, confesó la cantante con la voz entrecortada, dejando ver la profundidad de su dolor.
Para Gladys La Bomba Tucumana, Luciano Ojeda no solo fue su compañero, sino su gran maestro en el amor. “Me enseñó a querer sin límites, desde la humildad, sin importar las riquezas. Me enseñó a ser fuerte… aunque en estos momentos siento que le estoy fallando”, agregó entre lágrimas, mostrando su vulnerabilidad frente a la pérdida.
La tragedia personal no terminó con la partida de su esposo. Gladys La Bomba Tucumana también debió enfrentar el fallecimiento de Marita, su amiga y representante, quien perdió la vida a causa de la misma enfermedad que afectó a Luciano Ojeda. La coincidencia de sus enfermedades la dejó aún más devastada.
“Los vi a los dos sufrir y luchar con todas sus fuerzas”, relató la artista, dejando en evidencia cómo la enfermedad golpeó a quienes más amaba en tan poco tiempo. La pérdida simultánea de dos personas tan cercanas la sumió en un dolor profundo y constante.
La cantante reveló además que Marita había intentado protegerla durante su internación. “Ella me escondía que estaba internada. Sabía lo que yo estaba pasando y no quiso darme más angustia”, comentó Gladys, mostrando la sensibilidad de su vínculo con su amiga.
El duelo de la artista se entrelaza entre recuerdos y enseñanzas que le dejaron quienes partieron. “Se murieron casi juntos, no me dieron respiro. Estoy intentando seguir, pero es muy difícil”, concluyó, conmoviendo a quienes la escuchaban.
A través de estas declaraciones, Gladys La Bomba Tucumana dejó ver que la tristeza puede ser inmensa, pero también la gratitud por haber compartido momentos de amor y afecto auténtico. Su historia recuerda que el dolor y el amor pueden coexistir, dejando cicatrices que, con el tiempo, se transforman en recuerdos imborrables.