Fuerzas de seguridad debieron repeler a miles de ciudadanos panameños que se manifestaban en cercanías de la presidencia. Las manifestaciones surgieron tras la firma de un contrato entre el gobierno y la minera canadiense First Quantum Minerals.
Estudiantes, médicos, religiosos, obreros, profesores, grupos indígenas, además de sociedad civil, se manifestó para protestar por cuarto día consecutivo en contra del contrato ley firmado el pasado viernes por el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, para que Minera Panamá explote por 20 años prorrogables la mina de cobre más grande de Centroamérica.
"Esta patria no se vende" o "Minera no te queremos" formaban parte de los cánticos de los cientos de jóvenes que avanzaron hoy por el paseo marítimo de la capital panameña hasta el casco antiguo. La marcha concluyó con el lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de los antidisturbios, parapetados tras grandes vallas que protegían los edificios gubernamentales.
Las protestas exigen la derogación de una ley que selló el acuerdo firmado este año entre la minera y el gobierno. La Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional en 2017 el contrato de explotación original de la mina de cobre más grande de Centroamérica.
Según los manifestantes, el nuevo contrato también es "inconstitucional" y la actividad minera representa una amenaza para el medio ambiente. El gobierno lo defiende argumentando que contempla aportes mínimos anuales de la minera al Estado por 375 millones de dólares, diez veces el monto del acuerdo inicial.