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El audio que revela cómo Karyna montó una estafa con vuelos baratos y dejó pasajeros varados

Karyna A.R. vendía pasajes internacionales a mitad de precio y suscripciones para volar en primera clase, pero el sistema colapsó y la Justicia investiga si fue una estafa que dejó a decenas de viajeros sin sus boletos.

Por Redacción

Viernes, 25 de julio de 2025 a las 12:14
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Durante meses, Karyna A.R. se dedicó a revender pasajes internacionales a precios muy por debajo del mercado, llegando a ofrecer descuentos del 50% o incluso suscripciones para volar en primera clase durante todo un año. Según ella, los boletos provenían de un beneficio exclusivo para empleados de aerolíneas, pero ahora la Justicia investiga si todo fue una estafa.

La trama salió a la luz luego de que la información circulara en redes sociales, después de meses de operar casi en secreto y solo con clientes de confianza. Karyna recibía a sus compradores en un departamento en Recoleta y enviaba un audio por WhatsApp explicando cómo funcionaba el negocio. Quienes aceptaban podían comprar los pasajes, mientras que los que dudaban eran descartados. Detrás de ella había una lista larga de interesados.

En ese audio, Karyna detallaba que los tickets eran “Sublo”, es decir, corporativos, de Iberia y American Airlines, con precios entre 1.000 y 1.200 dólares para clase económica y alrededor de 2.000 dólares para Business, la mitad del precio real. Explicaba que los empleados con jerarquía y más de 12 años en Iberia reciben 16 boletos anuales que pueden revender confirmados, con asiento y valija incluida.

“Iberia tiene el beneficio de dar 16 boletos al año a sus empleados con jerarquía y más de 12 años en la empresa”, decía Karyna en el audio. Añadía que esos pasajes se pagan entre 300 y 400 euros y luego se revenden a 1.200 dólares, y ella actuaba como intermediaria manteniendo ese precio.

Sobre el procedimiento, precisaba: “Tú me puedes dar la fecha de tu vuelo, máximo con 50 días de antelación, es decir, que puedes viajar indicándome la fecha en ese tiempo”. Puso como ejemplo Madrid, que cuenta con tres vuelos diarios, y aclaró un detalle clave: “El único pero que se podría decir que tienen estos boletos es que el vuelo lo decide el sistema. El sistema genera tanto la ida como el regreso. Te puede tocar cualquiera de los tres días”.

Los pasajeros recibían sus boletos por WhatsApp una semana antes del viaje, con código de reserva, apellido y horario asignado por el sistema. Los destinos principales eran Madrid, Roma y Frankfurt, con escalas de no más de dos horas, y el regreso debía hacerse desde el mismo aeropuerto de llegada. Los viajeros podían extender su estadía hasta cinco meses, siempre que regresaran antes de febrero de 2026.

Además de pasajes individuales, Karyna ofrecía membresías anuales por 7.000 dólares que, según ella, permitían vuelos en primera clase con un 50% de descuento. En el audio también señalaba que “no hay muchos cupos” y que los del próximo año salen a la venta a fines de diciembre. Incluso, algunos los compraban sin tener fechas definidas, solo para ser “partners” del beneficiario.

El sistema se derrumbó cuando Karyna perdió el supuesto acceso a los beneficios con Iberia y desapareció. Muchos pasajeros quedaron varados, esperando sus tickets con las valijas listas, especialmente el pasado fin de semana. Ella dejó de responder mensajes, alegando un “pico de estrés”, y desde entonces se desconoce su paradero.

La Justicia investiga si se trató de una estafa prolongada. Las aerolíneas Iberia y American Airlines confirmaron que Karyna no era empleada ni tenía acceso a los sistemas internos para la venta de pasajes corporativos. El caso está en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 58, a cargo de Jorge Fernández, y se mantiene bajo reserva.

Según testimonios de los damnificados, Karyna habría intentado suicidarse cuando el negocio colapsó y los pasajeros quedaron varados. En su oficina trabajaba una asistente llamada Luz, encargada de la parte administrativa, quien también fue víctima y evalúa sumarse a la denuncia por haber comprado un pasaje que nunca recibió.

Los acuerdos eran mayormente verbales y, ante la solicitud de comprobantes, Karyna entregaba una especie de recibo en formato PDF hecho con Word, que detallaba el monto pagado.

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