Legisladores brasileños dieron una buena noticia al presidente Lula y aprobaron nuevas reglas presupuestarias que permitirán al gobierno aumentar el gasto. El texto, aprobado por 379 votos contra 64, permitirá a Lula con sus promesas de programas sociales y de inversiones en infraestructura.
El tope al gasto lo había introducido el presidente Michel Temer en 2016. A partir de ahora, Lula tendrá mayor flexibilidad para implementar políticas similares a las que predominaron en su anterior gestión, entre 2003 y 2010. Sobre si Lula podrá o no alcanzar los objetivos propuestos, hay dudas. "Es importante", dijo a la AFP André Perfeito, economista jefe de Necton Investimentos. Pero "está por ver si es o no factible que se alcancen las metas que ellos mismos (el gobierno) se pusieron", porque "dependerá mucho de la recaudación" del Estado.
Semanas atrás, Lula lanzó un combo de medidas destinadas a obras, bajo el Programa de Aceleración del Crecimiento. El mismo prevé inversiones públicas y privadas por unos 348.000 millones de dólares. Esta flexibilización del gasto dará a Lula más comodidad para tratar de alcanzar las metas prometidas.
El presidente goza de un buen momento en la opinión pública local. Su aprobación aumentó a 60 por ciento en agosto (frente a 56% de junio), según una encuesta de opinión pública de la consultora Quaest, que recoge una mejor percepción de la economía y las relaciones del presidente con el Congreso.
Sin embargo, el mandatario brasileño quedó herido en la arena internacional. Su frustrado rol de mediador entre Ucrania y Rusia, con el que buscaba catapultarse como líder mundial, lo dejó en una posición incómoda. Occidente piensa que, lejos de ser neutral, está más alineado con Putin que con Zelenski. De hecho, el presidente ucraniano fue muy duro con Lula en declaraciones recientes.