OPINIÒN
Una Venezuela que se sumerge aún más en la incertidumbre
El analista internacional Damián Szvalb señala que quedó en claro que para sacar a una dictadura, como la de Nicolás Maduro, se necesita más que una oposición unificada.En Venezuela sucedió lo que siempre sucede en una autocracia. El domingo, Nicolás Maduro hizo lo que casi todos pensaba que iba a hacer: sin ningún elemento que lo certificara, sin mostrar ningún acta, se autoproclamó ganador de las elecciones presidenciales.
Solo bastó con el pronunciamiento del Consejo Electoral Nacional (CNE), órgano absolutamente controlado por el gobierno, para sumergir aún más a Venezuela en la incertidumbre que en ese país muchas veces es la antesala de la violencia.
La oposición lo esperaba, más allá que habían construido una opción política sólida, sin fisuras a la vista, con el objetivo de dejar bien expuesto los abusos y el desastre económico que llevó adelante Maduro desde que asumió en 2013.
Venezuela entra en una nueva crisis, parecidas a las anteriores pero con algunos aspectos que pueden impactar en los planes de Maduro. Quizás el principal es la posibilidad que, como nunca antes en 11 años, la región le dé la espalda. Ya se lo advirtieron antes de las elecciones Gustavo Petro y Lula Da Silva. Dos presidentes que siempre sostuvieron a Maduro pero que ahora le marcaron límites: pidieron comicios limpios y que se reconozcan los resultados. No sucedió.
Luego del fraude de ayer, habrá que ver si mantendrán esta postura. Si lo hacen y se suman a Milei, a Lacalle Pou y Gabriel Boric, Maduro quedará muy solo. La región y la comunidad internacional deberán ser pragmáticos y no repetir los errores del pasado cuando, desde afuera, designaron en 2019 a un dirigente como Juan Guaidó, presidente interino, pensando que con eso podía desestabilizar al régimen. A Guaidó no lo obedecieron ni los policías de tránsito.
También habrá que estar atentos a lo que pase en las calles. La oposición está tan movilizada como frustrada. Todos los números que ellos manejan, en las encuestas y en las actas de votación, dan ganador, por amplio margen, a Edmundo González Urrutia. La tensión crecerá porque Maduro volvió a demostrar que está dispuesto a todo por mantenerse en el poder.
Nadie dijo que iba a ser fácil terminar con casi un cuarto de siglo de chavismo y con la dictadura que implantó Maduro en sus primeros años de gobierno.
Maduro controla todo el poder en Venezuela. Las Fuerzas Armadas, que siempre son claves para medir la fortaleza o la debilidad de una dictadura parecen alineadas. Maduro ya amenazó con profundizar su modelo que solo trajo exilio, más pobreza y más desigualdad.
Volvió a quedar claro que para sacar a una dictadura se necesita más que una oposición unificada, que hasta le propuso una vía de salida digna a Maduro para que no termine preso. Tampoco parece preocuparle a Maduro quedar aislado en la región. Seguramente esté pensando en afianzar sus vínculos con Rusia, Irán y China, actores que están disputando una batalla global contra Occidente, lugar al que Maduro, ayer a la noche, decidió renunciar para siempre.