El cometa 3I/ATLAS, un objeto interestelar descubierto en 2025 por el sistema ATLAS en Chile, ha vuelto a ser visible tras su paso cercano al Sol el 30 de octubre. Su regreso ha generado gran expectativa en la comunidad científica debido a su comportamiento y características poco comunes.
Con una velocidad de aproximadamente 210.000 km/h, el cometa se destaca por presentar un color azul poco habitual para este tipo de cuerpos celestes, acompañado de un brillo intenso que ha llamado la atención de los astrónomos. Su núcleo, de cerca de 20 kilómetros de diámetro, es el más grande registrado entre objetos interestelares conocidos hasta ahora.
Qué es el 3I/ATLAS
El 3I/ATLAS posee una composición atípica, con altos niveles de dióxido de carbono y muy poca agua, lo que sugiere un origen diferente al de los cometas del Sistema Solar. Además, exhibe una estructura peculiar: una "anti-cola" que apunta hacia el Sol, junto con una cola convencional, un fenómeno que ha generado múltiples especulaciones sobre su procedencia y naturaleza.
Este cometa es el tercero de origen interestelar identificado tras 1I/‘Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019, y su trayectoria hiperbólica indica que abandonará el Sistema Solar, sin planes de regresar. Su paso cercano a Marte en octubre y la próxima aproximación a la Tierra en diciembre, a unos 270 millones de kilómetros, permiten a científicos y aficionados estudiar este enigmático viajero.
El astrofísico Avi Loeb ha sugerido que el cometa podría tener un origen tecnológico, aunque esta hipótesis no cuenta con amplio respaldo en la comunidad científica. La NASA, por su parte, ha desarrollado herramientas interactivas que facilitan el seguimiento en tiempo real del cometa a través de aplicaciones de astronomía, permitiendo su observación con binoculares o telescopios amateurs.
El paso del 3I/ATLAS ha reavivado también reflexiones sobre la posibilidad de contacto con civilizaciones extraterrestres, recordando las advertencias de Stephen Hawking al respecto. Sin embargo, hasta ahora no existe evidencia que confirme un origen extraterrestre para este cuerpo.
Este cometa representa un recordatorio de que el universo aún guarda secretos que desafían la comprensión humana y ofrece una oportunidad única para ampliar el conocimiento astronómico. A medida que se aleja hacia el espacio interestelar, su estudio continuará siendo una prioridad para los expertos que buscan desentrañar sus misterios.