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Sábado 10 de Mayo, Neuquén, Argentina
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Roma vibra con un nuevo capítulo en la historia de la iglesia

Especial desde Roma, en la Plaza de San Pedro, donde miles de fieles se congregaron a vivir una de las tradiciones religiosas de mayor relevancia. Mejor Informado estuvo ahí. 

Sabado, 10 de mayo de 2025 a las 11:48

La mano derecha extendida saludando a la multitud, la izquierda tocando suavemente la cruz pectoral colgada de un cordón doradoy una sonrisa franca, fraterna. Esa es la imagen de la fotografía de Robert Francis Prevost, que eligió L'Osservatore Romano, el periódico de la Ciudad del Vaticano, en su edición impresa del 8 de mayo que se distribuyó una hora después de que saliera al balcón de la Basílica San Pedro como papa León XIV. La fotografía tomada desde el balcón se vuelve de colección y es la que inaugura oficialmente el primer capítulo del pontificado del Papa León XIV.


A pocos metros de la Plaza San Pedro, la multitud que había asistido a su consagración como máximo representante de la Iglesia Católica se concentraba frente a un trailer donde se entregaban los más de 10 mil ejemplares impresos del diario.

 


Además de mencionar las características del nuevo Papa León XIV, se incluyen datos relevantes sobre lo que representa su llegada como sucesor de san Pedro y el rumbo que tomará la Iglesia católica. El texto destaca uno de los mensajes del papa León XIV: “A todos ustedes, hermanos y hermanas de Roma, de Italia y todo el mundo, queremos ser una Iglesia que camina, que siempre busca la paz, que siempre busca la caridad y siempre busca estar cerca de quienes sufren”.


En la contratapa del ejemplar, un largo texto brinda datos del nuevo pontífice y cierra con una fotografía que pertenece al momento donde el Papa Francisco nombró como cardenal a Prevost el 30 de septiembre de 2023. El Papa Francisco sabía lo que hacía. Apenas nueve meses después de designarlo como prefecto del Dicasterio para los Obispos, una figura central para el Vaticano, Bergoglio daba señales claras de que en Prevost no solo veía a un colaborador inmediato sino también a un posible sucesor. Su experiencia en Perú, donde vivió durante décadas como misionero, formador y obispo, lo había preparado para el lugar en el que está hoy.


Roma sigue convulsionada por la rapidez con la que se desarrolló el cónclave en el interior de la Capilla Sixtina. Este viernes, miles de feligreses y no creyentes formaron largas filas para visitar el Museo del Vaticano, disfrutar del arte sacro, óleos de los momentos más importantes, donde se representa la inspiración divina de los sumos pontífices a lo largo de veinte siglos para guiar a la Iglesia.


En las vidrieras de los comercios romanos se exhibían juntas las fotos del Papa Francisco con la leyenda "Grazie Papa Franceso" (Gracias Papa Francisco) junto a la de León XIV y la frase "Accogliamo con gioia" (Le damos la bienvenida con alegría).


En algunos comercios ya comenzaron a venderse los primeros souvenirs con la imagen del nuevo papa pero los de Francisco prevalecen. Así es el espíritu que se respira en cada rincón cercano a la ciudad del Vaticano, y que, en distintas formas, se extiende en la capital de Italia, una extensa ciudad cosmopolita fundada en el año 753 antes de nuestra era.


Y la expectativa crece porque este domingo el papa rezará la oración del Regina Coeli a las 12 desde la ventana del Palacio Apostólico. Una oración que se reza durante el tiempo Pascual en lugar del Angelus. Será un momento especial que congregará a miles de peregrinos y que después de su presentación en el balcón principal de la Basílica de San Pedro servirá para escuchar un mensaje directo al pueblo católico.


Este encuentro de oración con los feligreses tendrá lugar siete días antes de la misa de inicio de su pontificado en la Plaza de San Pedro con la presencia de todos los líderes mundiales, autoridades y jefes de Estado de los países que envíen representación a esta ceremonia que concentrará la atención del mundo entero.


Muchos esperan que León XIV siga el camino de Francisco, muy querido en Roma tanto por creyentes como por no religiosos. Un fervor que se palpita al transitar sus calles empedradas, esas que guardan miles de historias.

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