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Cuarentena hasta el 26, administrada con mano firme por Fernández

El Presidente exhibió números prolijos y anunció una nueva fase con relativas libertades y algo de polémica centralista.
Viernes, 10 de abril de 2020 a las 22:03

El presidente Alberto Fernández anunció la continuidad de una cuarentena “administrada”, hasta el 26 de abril inclusive; dio muestras estadísticas que corroboran un relativo éxito de lo hecho hasta ahora en términos sanitarios, éxito que atribuyó al comportamiento social del pueblo argentino; habilitó algunas excepciones al aislamiento en la nueva fase, como será por ejemplo la vuelta al trabajo en bancos, talleres, gomerías; y anticipó que se permitirá (o no) habilitar novedades de cuarentena a los gobernadores, reservando esa posibilidad, con suma naturalidad, a su propia decisión, en este momento totalmente centralista (compartido por teleconferencia con los gobernadores) de las decisiones políticas en Argentina.

Fue contundente Fernández con números, estadísticas, comparativas y proyecciones de la situación, que exhibió con “filminas” –según su propia definición- con cuadros especialmente hechos (por computadora, claro) para la ocasión. Resumió todo en la fuerte afirmación que costará mucho salir “del martirio” provocado por el COVID 19. Pero que, si se insiste en la política sanitaria del aislamiento, ahora administrado (por su gobierno), se conseguirá el objetivo de superar esta coyuntura con un nivel bajo de contagios, infectados, y, por ende, de muertes.

La estadística que mostró el Presidente, fue clara: se logró achatar una curva en base a la prolongación del tiempo entre contagios. Cuando comenzó en Argentina la expansión del coronavirus, ese tiempo era de 3 días. Pasó a ser de más de 10 días. Y se sigue alargando. En concreto, de no haberse logrado ese “achatamiento” de la curva, Argentina tendría 45 mil infectados, en lugar de los 1.975 que ahora tiene.

El pase de cuarentena común, a cuarentena administrada, se concretará con un DNU que se firmará el sábado, anticipó Fernández. En estas horas, seguirá hablando con los gobernadores. El Presidente ejerce con naturalidad el centralismo de las decisiones, porque considera que lo habilita la emergencia sanitaria para tal cosa. La concepción la explicó claramente: los gobernadores sugerirán medidas para sus jurisdicciones (básicamente, los sectores de la economía que pretenden empezar a mover), pero será el gobierno nacional, el que tendrá la palabra para decir sí o no. ¿Es un tema con cierta polémica? Tal vez ahora no se la ponga en el tapete. Pero evidentemente, sí lo es, porque la Constitución Nacional organiza el mapa político de la Argentina de otra manera, y los gobernadores no tienen que pedir permiso para gobernar en sus provincias.

En la situación, al presidente Fernández se lo ve firme, y dueño de la situación. Es lo que transmite. La cuarentena, con esa firmeza, seguirá. Hasta fin de mes, pero eso no quiere decir que sea el límite. Es, solo, una fecha para que se vuelva a considerar cómo se sigue. En el camino, el país seguirá mostrando su resistencia, minada, cada día que pasa, por una economía en recesión productiva, con fuerte aumento del gasto, que se cubre con emisión de dinero. Es conveniente tener en cuenta todo el panorama, para entender, no solo su complejidad, sino también, la extrema fragilidad que el contexto otorga a esta paradójica firmeza que exhibe, por ahora, la política.

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