Luego del golpe que significó para Unión por la Patria la denuncia por violencia de género contra el expresidente Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner reunió a siete sindicalistas cercanos -que forman parte del ala dura de la CGT- y a quienes pidió trabajar por la unidad para reorganizar el peronismo.
Mostrando un perfil bajo, pero también preocupada por la posibilidad de una derrota en las elecciones legislativas del año que viene, la expresidente planea la estrategia del justicialismo para enfrentar a La Libertad Avanza en todo el país y al mismo tiempo busca fortalecer un frente gremial duro contra las políticas libertarias.


En las elecciones legislativas del año próximo se definirá la composición del Congreso para los últimos dos años del mandato del presidente Javier Milei y Unión pos la Patria pondrá en juego muchas bancas, especialmente en el Senado, donde el peronismo podría perder la hegemonía.
En la actualidad, además de frenar algunas iniciativas libertarias, el Senado tiene a su cargo aprobar los pliegos de los jueces, un tema sobre el que todas las fuerzas políticas tienen especial interés, razón principal por la que se esfuerzan en retener la mayor cantidad de bancas posible.
Los Invitados
Con la ausencia de Pablo Moyano (invitado como representante del gremio de Camioneros y componente del Triunvirato de la CGT), respondieron a la invitación Sergio Palazzo (La Bancaria), Vanesa Siley (Sitraju), Mario Manrique (Smata), Abel Furlán (UOM), Carlos Minucci (Apsee), Norberto Di Próspero (APL) y Carlos Ortega (Anses).