La firma Manaos, reconocida por sus bebidas económicas y propiedad del empresario Orlando Canido, concretó una compra clave al adquirir Prodea, la empresa detrás de las marcas clásicas Cunnington y Neuss, por más de u$s74 millones. Esta operación marca la primera adquisición importante para Manaos, que desde su creación en 2004 se ha consolidado como un jugador fundamental en el segmento de bebidas accesibles.
Aunque Prodea tenía capitales argentinos y entre sus accionistas minoritarios figuraban los dueños de la gaseosa Secco, muy popular en el norte argentino, la compra no implicará una fusión entre ambas empresas. Desde el entorno de la operación confirmaron que Manaos y Prodea mantendrán estructuras y gestiones independientes, sin recortes de personal.
La estrategia detrás de esta movida es clara: posicionar a Cunnington como un rival directo de gigantes como Coca-Cola y Pepsi, mientras que Manaos seguirá enfocada en el público que busca bebidas económicas. En este sentido, la compañía apuesta a ampliar su presencia en diferentes segmentos sin perder su identidad.
Un dato poco habitual es que esta negociación no contó con la participación de bancos de inversión, sino que fue el propio Orlando Canido quien mantuvo conversaciones directas con los dueños de Prodea, lo que refleja la confianza y el control que tiene sobre su negocio.
Con más de 50 años en el rubro, Canido comenzó su carrera como distribuidor de marcas reconocidas como Bieckert y Crespi, incluso trabajando con Coca-Cola y Pepsi, las mismas multinacionales que ahora desafía con su empresa Refres Now. Antes de lanzar Manaos, estuvo vinculado a la distribución de gaseosas económicas, como la línea Sao, de San Isidro Refrescos, un ex embotellador de Coca-Cola.
El nombre Manaos surgió tras perder la distribución de Sao, en un remate, inspirándose en la estética brasileña para dar vida a su propia marca. Más adelante, replicó esta fórmula con La Bichy Ahora, una marca que nació de cómo los consumidores pronunciaban la gaseosa Beach en almacenes y supermercados chinos.
Por su parte, Cunnington es una marca con una historia que data de 1920, fundada por el inmigrante genovés Juan Vicente Sangiácomo. La marca permaneció bajo control familiar hasta su cierre en los años '80 y fue relanzada en 1997 por Prodea, que ahora la entrega a uno de los empresarios más disruptivos del mercado local.
Esta adquisición no solo fortalece a Manaos en el competitivo mercado de bebidas, sino que también abre un capítulo de competencia más directa con las multinacionales más grandes del sector en Argentina.
Hace algunos meses, al cumplirse dos décadas del lanzamiento de Manaos, Orlando Canido compartió detalles de su trayectoria y su visión en una entrevista. Habló sin filtro sobre la competencia y respondió a quienes tildan su producto de “berreta”, comparando a Manaos con Diego Maradona y afirmando que la empresa no está en venta.
“Algunos prefieren pagar $5.000 una botella y no Manaos, porque la Manaos es berreta, está hecha por un argentino. Hay una cantidad muy grande de argentinos, que no creen que un argentino pueda hacer una gaseosa y competirle a la número uno del mundo”, dijo Canido, y agregó: “Si conocieran y ven esta planta, piden disculpas”.
Sobre la competencia, sostuvo: “Estuve y estoy siempre un paso adelante de mis competidores. Mis competidores son contadores. Pero lo mío son 50 años de andar en la calle, hasta el día de hoy”. También reconoció que uno de sus puntos débiles es no saber delegar, marcando una diferencia con otros grandes empresarios como Luis Pagani.
Por último, reafirmó su compromiso con la compañía y con los distribuidores argentinos: “No voy a vender la compañía, que se queden tranquilos todos los distribuidores de Argentina. También voy a seguir jugando y vamos a seguir ganando”.
Con esta compra, Manaos no solo amplía su catálogo, sino que también busca consolidar una estrategia que le permita dar pelea a los grandes de siempre, con una fórmula que combina historia, independencia y un estilo disruptivo que ya marcó tendencia en el mercado local.