BUSCANDO LOS ORÍGENES

La pandemia también agranda las familias

El confinamiento para evitar riesgos de contagios de Covid-19, logró el encuentro de familiares distantes en tiempo y lugar.
domingo, 24 de mayo de 2020 · 11:07

Tal vez son muchos los casos en el mundo en que, por el aislamiento social, las redes sociales contribuyeron para que aquellos que no se comunicaban por alguna razón, ahora lo hicieran, o para que quienes tienen familiares desparramados por el mundo y sin saber unos de otros, comenzaran a conocerse.

Así los descendientes de Petar, un hombre que llegó en los años 30 a la Argentina con sus bolsos llenos de ilusiones y dejando atrás los sinsabores de una guerra, fueron a dar con una mujer búlgara, radicada en Madrid y que por saber hablar español facilitó las cosas.

Entonces esos descendientes argentinos comunicaron al resto, y al mismo tiempo ese contacto también empezaba a replicar entre los familiares búlgaros.

Petar, en Argentina, se casó con una mujer chaqueña y tuvo 6 hijos, dos mujeres y cuatro varones, mientras que en Bulgaria sus hermanos y hermanas también armaron sus respectivas familias.

De los hijos de Petar, nacieron los nietos, bisnietos y tataranietos, aunque a estos últimos no llegó a conocer porque falleció hace muchos años, al igual que su esposa. También dos hijos de Petar fallecieron, pero sus hijos están junto al resto intentando conocer los orígenes.

En Bulgaria, también hubo algunas bajas, ya que uno de sus hermanos de 20 años y su padre fallecieron en la guerra, éste último tenía 40 años, lo que nos hace pensar que la madre de Petar vivió sola hasta los 98 años, y después la vida también se llevó al resto.

En lo que respecta al encuentro familiar, una vez más la tecnología achicó las distancias, no solo desde los lugares en que cada integrante de estas familias se encuentra, sino también desde el idioma.

Los pobladores búlgaros solo saben hablar su idioma, salvo una sobrina nieta de Petar que habla español, o la bisnieta de un hermano de Petar que habla búlgaro e inglés; mientras que desde este lado solo hablan español en mayoría, salvo algunas excepciones que se defienden con el inglés.

Ahí es donde achicó las distancias la tecnología, ya que con una aplicación de teclado que se descarga en los teléfonos móviles, se puede escribir en alfabeto cirílico (que usan en Bulgaria) pero viendo el texto en español, y para entender lo que contestan desde el otro continente solo hay que hacer el paso inverso.

Mientras tanto y para el anecdotario, la hija mayor de Petar, que acaba de cumplir 80 años, en medio de los mensajes de uno y otro lado señala pidiendo traducción de lo que hablan con una frase muy argentina: “estoy en ayunas”.

Tal vez nunca se hubieran imaginado los Santos hermanos Cirilo y Metodio, patronos de Europa y creadores del alfabeto búlgaro que luego se sumó al griego para terminar en el cirílico que usa hasta estos días, que este grupo de personas de este tiempo moderno se valieran de la tecnología para entenderse.

Este encuentro de familias, comenzó hace unos 25 días, y ese grupo de WhatsApp que comenzó con los descendientes de Petar de Argentina, se agranda ya que empezaron a agregarse algunos de Bulgaria.

Y entonces, surgen charlas sobre comidas, lugares donde viven, o fotos de un lado y del otro que permiten también saber que en algún lugar de Bulgaria hay monumentos al hermano de Petar y su padre, porque fueron héroes de guerra.

Para entonces, desde Argentina todos comparten sus cosas, a lo que desde Bulgaria responden con fotografías que Petar envió en sus primeros años para mostrar a sus hermanos lo que iba logrando.

También esto sirvió para saber que el abuelo Petar era carpintero en Bulgaria, y en argentina se dedicó a la agricultura. Y que, además, esta gran familia tiene en Europa, maestros, un oftalmólogo, varios economistas, varios ingenieros químicos, varios ingenieros mecánicos, programadores, abogados, astrónomos, comerciantes, deportistas, jugadores de voleibol, contadores y otras profesiones, sin olvidar que también hay quien se dedica a la política y llegó a ser diputada.

Mientras que del lado argentino una gran mayoría son maestros, otros agricultores, Técnico Mecánico Tornero, electromecánicos, diseñadores gráficos y profesores, trabajadores independientes, locutor y periodista, psicólogos, Licenciado en Seguridad e Higiene y otras profesiones en camino.

Entonces, surgen las invitaciones para empezar a conocerse en persona porque es evidente que hay una historia que los une, solo faltaba descubrirla.

Los datos de este relato de una familia, podrían ser de una al azar, de cualquier lugar del mundo, pero aquí los conocimos porque el redactor de esta nota, es uno de los nietos de Petar, y de allí su nombre.

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