Opinión

Siga la Vaca Muerta: el debate por el futuro de la energía y el efecto "ganador del Loto"

miércoles, 9 de julio de 2014 · 00:00
Ahora que falta poco más de un año para las presidenciales y los equipos de campaña empiezan a bocetar las plataformas, desde aquí va una sugerencia de título para el capítulo sobre energía: "Siga la Vaca Muerta",jugando con el nombre de la cadena de parrillas y el yacimiento de shale gas de Neuquén del que todos hablan. El entusiasmo entre los políticos del oficialismo y de la oposición en este aspecto es creciente: el titular de YPF, Miguel Galuccio, tuvo reuniones en el último mes con distintos referentes de todo el arco político y les habló maravillas del potencial de la cuenca neuquina para cerrar en un mediano plazo el déficit energético de la Argentina, que drena las reservas.
Desde el exterior, la expectativa se redobló días atrás con un informe que fue muy comentado de Accenture sobre las posibilidades de desarrollo en todo el mundo de recursos no convencionales (shale gas, tight gas), que colocó a la Argentina en un lugar privilegiado, apenas por debajo de los Estados Unidos, el país donde el boom del shale gas revolucionó su mapa energético en los últimos años. En sus elogios a la cuenca neuquina, el trabajo de Accenture no sólo tiene en cuenta la disponibilidad de recursos, sino también otras variables como fuerza de trabajo capacitada, los riesgos de contaminación de agua, el marco impositivo, etcétera. Por ejemplo, la cuenca de Sichuan, en China, también aparece con un potencial gigantesco, pero al tratarse de una zona muy densamente poblada surgen dudas con respecto a sus posibilidades de explotación, por el peligro de contaminación del agua.
"Con la producción de combustibles en baja y la importación en alza en la última década, el gobierno argentino parece decidido a promover el desarrollo de los recursos no convencionales", dicen los especialistas de la consultora en el informe, aunque señalan que el actual contexto general del país para las inversiones extranjeras es "desafiante". El reporte evalúa los principales yacimientos del mundo, ubicados en Estados Unidos, la Argentina, China, Australia, Rusia y Polonia, entre otros países.
"Jugarse en materia energética el todo por el todo a Vaca Muerta es cortoplacista y muy arriesgado", advierte Alexis Caporale, quien acaba de publicar un libro sobre El futuro de la energía (Ediciones Baikal). Caporale tiene apenas 25 años y es uno de esos personajes interesantes que están surgiendo del ecosistema de emprendedorismo argentino: con poco más de 20 años fundó y desarrolló la compañía Bixti, una tienda online de productos de artesanos y diseñadores independientes que en 2012 se vendió a la brasileña Elo7. Caporale da clases para emprendedores en la UBA (en Ingeniería), forma parte del Instituto Baikal, de Sandobox y de la empresa de impresoras 3D Trimaker.
"La del shale gas es una tecnología de la cual aún hay mucho que no sabemos. Ya vimos lo que pasó con el fiasco de Monterey, en California, hace menos de un mes", dice Caporale. A fines de mayo, técnicos del gobierno de los Estados Unidos reestimaron la disponibilidad de recursos recuperables de este megayacimiento en un 96% menos de lo que se pensaba inicialmente. El recálculo resultó un golpe durísimo para las expectativas de independencia energética de la mayor economía del mundo. Con la estimación anterior, el estado de California esperaba ver crecer su PBI un 14% y generar casi tres millones de nuevos puestos de trabajo. "Cuando discutimos el futuro de la matriz energética tenemos que entender que hay que pensar a 20, 30 o 50 años. Reducir todo a Vaca Muerta es como aspirar a ganarnos el Loto y salvarnos", advierte.
En El futuro de la energía (el libro se puede bajar gratis en www.institutobaikal.com, aún no se editó en papel), Caporale asegura que en las próximas décadas irá ganando protagonismo la electricidad. "La energía del futuro será principalmente eléctrica y renovable", arriesga en el capítulo 3. Al contrario que el petróleo, el gas y otros recursos que provienen del suelo y, por lo tanto, en algún momento se acabarán (consumimos petróleo 100.000 veces más rápido del tiempo que tardó en formarse), las fuentes eólicas o de rayos solares que generan la electricidad aparecen con menos limitaciones, y desde ya sin los efectos adversos a nivel de contaminación. "Veremos una transformación basada en computadoras y sensores para que la infraestructura eléctrica entre de lleno en la era digital, dándole la posibilidad de convertirse en una tecnología exponencial", augura. De hecho, uno de los nichos "calientes" para startups es el de la inteligencia aplicada a redes eléctricas, donde se calcula que puede haber hasta 50% de mal gasto de recursos por mala administración de la oferta y la demanda.
"El problema aún no resuelto con estos canales (de generación de energía eléctrica) es su alto precio relativo, y la Argentina con el shale gas tiene la posibilidad de ponerse a la vanguardia en una transición energética con un recurso que es menos sucio y contaminante que el petróleo y el carbón", cuenta a LA NACION un especialista en temas energéticos que trabaja cerca del Gobierno. "Lo de Monterey es cierto, pero también es cierto que los Estados Unidos han hecho, gracias al shale gas y a las nuevas tecnologías para su explotación, una transformación impresionante en su matriz energética en la última década", agrega.
Según la misma fuente, la política oficial no está jugada al 100% con Vaca Muerta. "Hay entusiasmo, es cierto, pero los aumentos de producción que hubo en el último tiempo vinieron por el lado del tight gas. A veces se cae en exageraciones, como fue la versión de que Europa finalmente había aceptado cerrar el acuerdo del Club de París para que sus empresas pudieran entrar en el negocio de Neuquén y no quedaran tan rezagadas frente a los Estados Unidos", sostiene.
Como está ocurriendo en todos los rubros de negocios, con la energía también la palabra de moda es "disrupción", y nadie descarta en el corto plazo adelantos científicos que promuevan un giro de 180 grados en esta discusión. Un botón de muestra: StoreDot, una startup israelí (no hay un país del mundo que tenga más incentivos a terminar con la dependencia del petróleo que Israel), lanzará en los próximos meses al mercado una tecnología para cargar baterías de celulares en menos de 30 segundos. "Atacamos en primera instancia el mercado de las telecomunicaciones porque es un segmento maduro, el de los coches eléctricos será el próximo paso, pero allí hay más obstáculos y aún no hay un mercado consolidado", cuenta a LA NACION Simo Litzyn, fundador de la empresa. En las últimas semanas, StoreDot entró en conversaciones con McDonald's de Estados Unidos para explorar la posibilidad de que los clientes de la cadena de comida rápida puedan cargar sus smartphones mientras esperan a que les preparen las hamburguesas. ¿Podrá Siga La Vaca estudiar un camino de innovación similar?.

Fuente: Sebastián Campanario / La Nación

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