ESTADO, SINDICATO Y PETROLERAS, EN EL TAPETE

Una mesa clave este lunes, tras los accidentes en Vaca Muerta

La convocatoria llega luego del accidente fatal en Fortín de Piedra, el 5 de mayo último. Hay una fuerte percepción sobre responsabilidades compartidas.
domingo, 19 de mayo de 2019 · 22:35

Este lunes, convocados por la Subsecretaría de Trabajo, se reunirán las tres patas de una mesa que tienen la responsabilidad de analizar las causas de los ocho accidentes fatales que ocurrieron en Vaca Muerta.

Será la primera reunión donde se discutirá el camino transitado después de la adenda petrolera y el escenario futuro que debería transitar la industria. Todos los invitados apuestan a seguir desarrollando la segunda turbina económica del país, pero saben que, si no muestran seriedad y responsabilidad, la sociedad -y no solo la neuquina- se les volverá en contra y será muy difícil retomar la confianza.

Cada uno llevará su postura. El gobierno “preocupado por la falta de seguridad en los yacimientos”; las empresas desplegando “las estadísticas e inversiones realizadas en seguridad” y los gremios presionando para “cambiar el régimen de turno”.

Una foto donde todos quieren ganar “sin pensar -realmente- en la seguridad”. Por lo menos, así es la percepción de operarios petroleros, profesionales vinculados a la industria y gente común que fue consultada el pasado fin de semana.

Lo interesante fue que para una parte de los operarios petroleros “el Sindicato es co-responsable de la actual situación” mientras que para los profesionales “la supervisión -entendiendo como la figura de las operadoras- son los responsables directos de cada uno de los accidentes”. Lo llamativo fue la opinión sobre el rol del Estado. “Es quien tiene la mayor obligación y -consecuentemente- el mayor peso de la responsabilidad por su impericia o falta de control”, dijo uno viejo petrolero ya retirado.

En términos de percepción de imagen de responsabilidad, ninguno de los actores (Sindicato, Empresas y Estado) cuenta con una buena performance y las medidas adoptadas -hasta el momento- son consideradas como ineficientes o de interés sectorial.

Mucho se deberá trabajar para cambiar la percepción, pero mucho más para evitar nuevos accidentes. Y esta disyuntiva es la que atraviesa la reunión del lunes. ¿Percepción o Acción?

Los expertos en seguridad sostienen que “en ninguno de los casos se analizó la causa raíz de los accidentes”. Las acciones implementadas “nada tiene que ver con lo ocurrido en las operaciones de YPF, Pampa Energía, Tecpetrol o Medanito” dijo un referente de seguridad con más de 20 años de trayectoria en la cuenca.

“Cuando se analizan los distintos escenarios se concluye que ninguno (de los tres actores) analizó las causas raíz de los 8 accidentes fatales de los últimos 14 meses” concluyó el profesional de seguridad industrial.

Otra mirada es la que tiene una consultora de recursos humanos que prefirió el anonimato. “La demanda de trabajo está generando un recambio generacional en el cual la experiencia no está siendo tenida en cuenta”.

Salvando las distancias, la industria está cometiendo el mismo error que la Armada Argentina con la tripulación del ARA San Juan. “No se transmitió generacionalmente… y a lo mejor otro hubiese sido el desenlace” dijo el Ministro de Defensa, Oscar Aguad, el pasado viernes en la base Puerto Belgrano en referencia a las pericias que indican una “falta de adiestramiento y de renovación de capacidades”.

La falta de personal capacitado y con experiencia en el campo es una deficiencia de las nuevas estructuras organizacionales. La política de selección e incorporación de la principal operadora de la cuenca lo expuso recientemente -en forma inconsciente- en una comunicación “… la operación de YPF emplea 470 personas en forma directa con un promedio de edad de 32 años y de orígenes diversos”.

Es lógico y saludable que las empresas realicen cambios generacionales para facilitar una mayor competencia y flexibilización en el mercado; pero con la famosa “adenda petrolera” las empresas obtuvieron el “permiso gremial y estatal” para disminuir el costo laboral y reemplazar la mano de obra experimentada por una más económica.

Otra mirada, pero con mayor profundidad, son los estudios que las propias empresas realizan sobre las capacidades técnicas de su personal. El trabajo implementado por la Consultora Fisterra está orientado a conocer “la percepción del riesgo” evaluando las dimensiones de “entorno, atención focalizada y visualización espacial” de las personas que trabajan en el campo. Con el mismo método también se analizan las potencialidades, como son las capacidades de aprendizaje y liderazgo que pueden desarrollar la persona en su grupo de trabajo.

Según los resultados de la muestra, “los promedios de las personas relevadas poseen menos del 60% de las capacidades técnicas para percibir el riesgo y un valor similar en un índice sobre la seguridad en la industria”. Este último incluye conocimientos sobre procedimientos, cartelería de seguridad, cálculos matemáticos entre otros conceptos.

Sobre la capacidad de aprendizaje de los evaluados el promedio “tiene un 60% de desarrollo, y lo mismo sucede con las capacidades de liderar y las normas de seguridad”.

Como se puede observar, la seguridad en Vaca Muerta no pasa por un cambio de régimen o dormir en un hotel. Tampoco por implementar más “charlas de cinco minutos” o colocar la escalera en una fosa.

La seguridad “de Vaca Muerta” y “en Vaca Muerta” pasa por evaluar la causa raíz de cada accidente, conocer la percepción de riesgo de cada trabajador de la industria para luego capacitarlo, implementar el traspaso de experiencia (no de conocimiento) intergeneracional y analizar las medidas a adoptar en función de los riesgos, entre otros aspectos.

Tanto el Gobierno Nacional como Provincial tienen una función indelegable de ser la “autoridad de aplicación”. Nación audita y fiscaliza la actividad de acuerdo a la Ley 17319 y sus decretos reglamentarios. Provincia tiene el deber de inspeccionar las instalaciones haciendo cumplir la Ley 19587 y -por ejemplo- el artículo 61 de dicha normativa.

Es decir, el Gobierno provincial no solo tiene la función de convocar a los actores sino preguntarse y preguntar -por ejemplo- quién habilitó el funcionamiento de la planta de Tecpetrol, quien autorizó la maniobra del equipo Nabors que trabajaba para Vista, quien verifico el equipo de Venver que operaba para YPF o quien verifico el mantenimiento de la válvula del área Medanito operada por la empresa del mismo nombre.

Con la respuesta a estos y más interrogantes se podrá iniciar una seria investigación que concluya en una mejora del proceso, y no el pobre eslogan del “error humano”. La disyuntiva de la mesa del lunes está instalada, los actores deberán elegir entre “la percepción o la acción”.

 

 

Por Raúl Oscar Vila

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