La otra pandemia

Una alerta crediticia para YPF

La evaluación de una agencia crediticia pone en evidencia la situación financiera de YPF. Las tácticas de negociación podrían conducir al quebranto a un importante número de empresas regionales.
lunes, 29 de junio de 2020 · 06:00

La gestión de Sergio Affronti no perdió las “mañas ypefianas”. Así lo expresaron los empresarios regionales este fin de semana cuando intercambiaban los comentarios en los grupos de WhatsApp.

Las pequeñas y medianas empresas de Neuquén y Mendoza aún se encuentran a la deriva y presionados por los nuevos referentes para acordar nuevas condiciones contractuales.

Iniciada la pandemia, la empresa de bandera congeló los pagos de todos los contratistas, para luego en forma individual saldar parte de la deuda a través de acuerdos individuales. En una primera instancia, YPF realizó una quita del orden del 20% al 40% sobre las facturaciones de los meses de abril y mayo. Con el dinero en la caja, la instrucción desde Torre Madero fue sentarse a renegociar un nuevo valor de los servicios, solicitar la estructura de costos y exigir un descuento de utilidades, amortizaciones, previsiones por despido, entre otros conceptos.

Estas “nuevas renegociaciones” incluye renunciar a cualquier reclamo adeudado por YPF por los descuentos realizados sobre las certificaciones trabajadas y facturadas de marzo, abril y mayo. En el caso de no llegar a un acuerdo, los pequeños y medianos empresarios deberán continuarán negociando, lo que significa asfixiar financieramente al empresariado local.

La táctica fue implementada en la gestión de CFK con los gobernadores. En junio de 2012 el diario La Nación publicó “la estrategia… traerá aparejado un endurecimiento en el envío de fondos nacionales a la provincia… el ahogo sería… una forma de disciplinar el escenario”. Un método muy usado en la política, y lamentablemente aplicado a la industria.


Le bajaron la calificación

Pero YPF tiene un problema mayor. La agencia de calificación de riesgo FIX SCR SA afiliada de Fitch Ratings modificó este mes (junio) la calificación YPF SA de AAA (arg) a AA (arg),  lo que significa reducir el nivel de financiamiento y, consecuentemente, el nivel de actividad para los próximos años.

Las compañías evaluadas con triple A son consideradas más fiables y estables; mientras que las empresas calificadas doble A responde a estructuras de negocios estables, pero calificadas como de bajo riesgo. Esto significa que las Obligaciones Negociables de YPF dejaron de ser fiables y estables para la agencia, y en este caso, para los inversores privados que se fían de los informes.

Cabe señalar que la calificación de riesgo -en este caso bajo- es una opinión independiente sobre la capacidad de la empresa de cumplir los compromisos financieros en las condiciones establecidas. Lo que comúnmente se llama pagar a tiempo y en forma las deudas u obligaciones.

Otro factor que influye es la alerta “negativa” del Rating Watch. Esta calificación se utiliza para advertir a los inversores que existe una razonable probabilidad de cambio en la calificación asignada y la probable dirección de ese cambio. Es decir, “positivo” indica posible suba y “negativo” en caso de una potencial baja.

Para los analistas, la caída crediticia de YPF SA está “estrechamente relacionada a la de su accionista controlante”, que es el Estado Nacional. Los efectos derivados del Covid-19 provocaron un desplome en el nivel de actividad de la economía que se tradujo en una fuerte caída de la demanda de combustible y el consiguiente derrumbe de los precios.

Este escenario y el restringido acceso al financiamiento impactaron fuertemente en las inversiones de la compañía, reduciendo -este año- el crecimiento de la producción y las reservas para 2021.

Los informes de las consultoras estiman una reducción en los planes de inversión de YPF para los próximos años, con la meta de reacomodar la expansión o desarrollo a los menores flujos de fondos y limitadas condiciones de financiamiento.

De concretarse esta línea de pensamiento, la agencia de riesgo crediticio evaluó que se retrasará “un par de años la posibilidad de convertirse en exportador neto de hidrocarburos”. La necesaria desaceleración permitirá lograr flujos de fondos positivos para reducir el endeudamiento y mejorar la liquidez de la compañía afirmaron en los informes.

Para entender sintéticamente la situación, la evolución de YPF dependerá del nivel de consumo, la actualización de precios y el acceso al financiamiento. Es decir, el consumo está vinculado a la actividad económica, los precios a las medidas regulatorias del Gobierno Nacional y el crédito a la conducta del accionista controlante.

Como dijeron algunos viejos petroleros, la sabana es corta y para sobrevivir será necesario que alguien ponga el dinero. Por el momento, la única línea crediticia que tiene la gestión Affronti para sostener la estructura ypefiana son los empresarios locales.

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