Los cortes y la caída de la producción
Hay 25 perforadores parados en Vaca Muerta
La producción de gas en los bloques neuquinos cae a razón de dos millones de metros cúbicos diarios por los cortes de ruta.La parálisis de equipos en las áreas productoras neuquinas afecta al 90% de los 28 perforadores que había hasta antes del inicio del conflicto de los autoconvocados de la Salud pública. El dato, que manejan fuentes provinciales y nacionales, da el tenor de los efectos que ya se hacen notar con una caída de la producción de gas de 2 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d).
No es una merma menor: buena parte de las productoras corren una suerte de carrera contrarreloj. Asumieron el compromiso de incentivar la producción de gas, jaqueada por un declino constante y la falta de inversiones, al acordar un precio diferencial con la Secretaría de Energía para un bloque de 70 MMm3 diarios por los próximos cuatro años.
Es parte de la posible solución (hoy empantanada) para evitar compras adicionales a los cerca de 1000 millones de dólares que girará Argentina al exterior en el 2021 para asegurarse gas natural licuado (GNL) en el ciclo mayo-septiembre, el período de mayor demanda interna, dilema de magnitud del frente macroeconómico de este año.
Entre los 76 equipos de torre con que comenzaron las operaciones petroleras en abril, hay 28 perforadores que marcan el tenor de lo que sucede o deja de suceder en los yacimientos neuquinos. Hasta ahora el grueso de la afectación se centralizaba en Vaca Muerta, pero la extensión de los cortes también fijó las mismas condiciones para el segmento convencional en la zona de Rincón de los Sauces.
Las fuentes consultadas sostuvieron que todavía la actividad de plantas de procesamiento de crudo no fue afectada. Neuquén viene de un récord: en febrero llegó a los 178 mil barriles diarios en promedio, un registro inédito en 15 años. Temas como el posible suministro de alimentos para el personal en algunos casos y la llegada de piezas y herramientas específicas para seguir ese ritmo serán parte de las explicaciones centrales para medir lo que pasará en los próximos días.
El dato de la llegada de nuevos equipos, tendencia acentuada desde noviembre pasado, era auspicioso a inicios de este mes. El contraste: hace un año Loma Campana, nave insignia de los no convencionales argentinos en manos de YPF, cerraba el grifo de su shale oil en un 50% ante el derrumbe de la demanda interna de combustibles, principal vector de la producción petrolera en todo el país.
Desde entonces, lo que había seguido era una caída constante en la cantidad de perforadores por el impacto del COVID-19, algo que en mayo implicó que no hubiera ninguno en actividad, una tendencia que se revirtió en el último trimestre del 2020, para llegar a su mejor momento a inicios de abril del 2021.
Era el momento del repunte posible por la flexibilización de la cuarentena, el consiguiente impacto en la normalización de la demanda de naftas y el Plan Gas.Ar, el acuerdo de precios que impulsó un cambio de escenario para los bloques de gas, que se subieron durante los dos primeros meses del 2021 a la ola de ese mejor precio para la producción.
La llegada del conflicto de Salud y un cúmulo de cortes inédito en la historia reciente de la vida política y social neuquina actuaron como un freno de mano para ese despegue del que también depende una parte de la economía argentina.
Las compras de más GNL y otros combustibles líquidos para reemplazar lo que no se produce internamente podrían sumar más presión en el segundo año de la pandemia, algo que indefectiblemente afectará a los dólares del BCRA, al margen de impactar con una posible baja en las regalías hidrocarburíferas que explicarán al menos el 30% del presupuesto provincial del 2021.