HISTORIAS CRUELES

El rumano que desvalijó a miles de turistas

Inventaron una empresa de cajeros automáticos. Cada cajero tenía un chip para clonar tarjetas.
miércoles, 3 de junio de 2020 · 17:48

Uno cree que, en materia de crímenes, está todo visto. Que podrá haber, en todo caso, alguna singularidad en un contexto de similitudes. Hasta que se encuentra ante la evidencia de uno de los mayores robos organizados en los últimos años. Un robo estimado en alrededor de 1.200 millones de dólares. Favorecido por la corrupción. Y usando el punto más popular y a la vez más débil del sistema bancario: el cajero automático.

Lo que terminó descubriéndose después de años de investigación internacional, es en realidad tan simple que hasta da miedo. Una banda urde con paciencia y conocimiento una empresa de cajeros automáticos. Mediante argucias propias de la corruptela, gana el contrato de colocación de un centenar de cajeros en las playas turísticas más visitadas de México. Cada cajero tiene instalado un chip que clona la tarjeta del usuario. En la otra punta, la organización criminal acopia datos de tarjetas y empieza a robar en pequeña escala. Hasta juntar la friolera de 1.200 millones de dólares, a razón de 240 millones de dólares al año.

El capo de esa mafia se llama Florian Tudor, y es rumano. La empresa de la fachada criminal, es Top Life Servicios. El banco que la contrató es Multiva. El dueño es Olegario Vázquez Aldir, empresario muy importante de México, integrante del consejo empresarial que tiene el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador. La trama criminal fue desenredada pacientemente por una investigación periodística, liderada por Organized Crime and Corruption Reporting Project, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, y la organización Quinto Elemento Lab y Rise Project. Fueron ellos los que pasaron en limpio 15 mil folios de un expediente elaborado desde 2014 a 2019 por las autoridades mexicanas y rumanas.

“Controlamos alrededor de 100 cajeros con chips instalados... En promedio cada máquina copiaba cada mes unas 1.000 tarjetas. Retirábamos alrededor de 200 dólares de cada una de estas tarjetas. 20 millones de dólares retirados cada mes”, declaró un exintegrante de la banda que colaboró con la Fiscalía de Rumania. Los cajeros se instalaron en balnearios conocidos por argentinos y neuquinos en particular. Tal vez alguno de estos turistas amantes de las playas mexicanas haya sufrido el clonado de su tarjeta y el robo en pequeña escala de su dinero, en lugares como Puerto Vallarta, Jalisco; Sayulita, Nayarit y Cabo San Lucas, Baja California Sur.

Uno cree que ha visto todo, en el mundo criminal, en la insaciable ansia por el dinero fácil. Pero no. Siempre aparece alguien bien original, bien tramposo. Y hay que volver a escribir una historia.

Fuente: diario El País.

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