2020: 4 FEMICIDIOS EN NEUQUÉN
El femicidio de María Marta Toledo fue un ataque “bestial”
El esposo de una amiga de la víctima es el acusado del brutal ataque. Todos los detalles y las pruebas de la acusación.El imputado por el femicidio de la arquitecta María Marta Toledo se llama Rodolfo Fabián Lucini. Su esposa, era amiga de la víctima y mientras organizaba su búsqueda porque no tenían noticias de ella desde el miércoles, él se encargaba de borrar todo tipo de prueba: eliminó el chat con las conversaciones y se deshizo del celular e intentó limpiar la sangre del matafuego que usó para reventarle el cráneo. El ataque fue “bestial” y con “una violencia inusitada”, afirmaron desde la Fiscalía. Quedó detenido con 6 meses de prisión preventiva.
El miércoles 29 de julio, María Marta, cordobesa de 45 años y desde hace varios años instalada en Neuquén, subió a la camioneta Chevrolet S10 de Rodolfo Fabián Lucini, porque habían quedado que la pasaba a buscar por su departamento. No tenía motivos para desconfiar porque era el esposo de su amiga. No fue a escondidas, al contrario, los vieron y quedó filmado.
No se sabe aún, según confió la fiscal del caso -María Eugenia Titanti- cuál fue el móvil del femicidio. “Tampoco es necesario, no es determinante”, afirmó a 24/7 Noticias. Lo cierto es que 24 horas más tarde, una de las hermanas de la víctima -desde Córdoba- alertó a una amiga de María Marta, porque no respondía los llamados. Comenzó la búsqueda, se hizo la denuncia, se pidieron las filmaciones del acceso al departamento y ahí estaban las imágenes: "Ese es Fabián”, lo reconocieron. Era el “Gordo”, el esposo de una amiga en común de la arquitecta, quien desde hace bastante tiempo se desempeñaba en la firma regional, Ingeniería Sima, al frente de varias obras.
La esposa del “Gordo” le preguntó por María Marta, pero él dijo que la buscó y luego la dejó a pocas cuadras de su departamento. “Cuando una de las amigas de la víctima denunció la desaparición, a partir de su número de teléfono pudimos comprobar que había operado en la zona de chacras, cerca del río. Todos sus allegados desconocían el lugar. Se registró su domicilio y no había faltantes. Se trabajó con perros el viernes y allí uno de los canes tomó el olor de la víctima, a partir de una prenda que se tomó de su domicilio. Y eso nos condujo hacia el lugar, donde hallamos rastros de sangre y luego encontramos el cuerpo”, explicó Titanti.
Se comenzó un relevamiento de testigos y cámaras, y todas esas evidencias condujeron a un único autor: Lucini. “Las cámaras lo ubican desde el momento en el cual sale con él y conduce hasta el lugar. Un testigo, que días atrás había arreglado la computadora de María Marta, nos ayudó a rastrear a través de la cuenta de Google y seguir el trayecto de su celular”, puntualizó la fiscal. Para la funcionaria hay dos certezas: no ubica a otra persona en el escenario del crimen salvo Lucini y hay una gran cantidad de pruebas que evidencian que él quiso ocultar el atroz crimen.
“Hoy se requisó el vehículo y se encontraron manchas de sangre y también un matafuego, que fue el arma utilizada. Estamos procesando las pruebas, hay muchas. Lucini intentó limpiar el matafuego y además, colocó el cuerpo en un curso del río que lo podría haber arrastrado, su intención era que no lo encontráramos”, dijo la fiscal. En efecto, una prenda de la víctima quedó enganchada en la rama de un árbol y eso impidió que el cuerpo fuera arrastrado por la acequia. No sólo demuestra la frialdad con que perpetró el femicidio, sino que se desligó del teléfono celular donde constaban sus conversaciones con la víctima e intentó limpiar los rastros de sangre del vehículo.
María Marta Toledo tenía una vasta trayectoria en su profesión. Tras conocerse su deceso, hubo sentidas muestras de pesar y en las redes sociales fue valorada desde lo personal y desde lo profesional.