CAPACITACIÓN TRÁGICA

Caso Mandagaray: apuntan a los jefes de la cúpula policial

El fiscal Ortiz apunta a la falta de cumplimiento de las reglamentaciones de los jefes de capacitación de la fuerza.
martes, 19 de octubre de 2021 · 20:15

El oficial Gabriel Mandagaray murió el 15 de abril, ahogado en el mar tras una jornada de ejercicios que rondaron la tortura por parte de sus jefes, los instructores y el coordinado del grupo de elite COER. A más de 6 meses del hecho, el fiscal Guillermo Ortiz solicitó formalmente una audiencia para acusar a los integrantes de la cúpula policial que autorizaron la capacitación, que no contó con ninguna medida de seguridad o sanitaria para evitar cualquier contingencia. La autopsia al joven policial reveló que murió ahogado por sumersión por agotamiento físico.

Por el momento, sólo aparecen como imputados en el homicidio culposo los tres instructores del COER, Alfredo Nahuelcheo, Marcelo Contreras; Maximiliano Vitali Méndez y el coordinador Alejandro Gattoni. Pero ellos no podrían haber cometido los vejámenes hacia los jovencitos que pretendían quedar en el grupo especial de la Policía de Río Negro, sin el consentimiento de sus superiores. Precisamente Ortiz pretende avanzar en las responsabilidades de al comisario Carlos Grasso quien era el director de Capacitación y Perfeccionamiento; y el comisario Inspector Oscar Szmansky Jefe del Departamento de Capacitación.

Para el fiscal los instructores desoyeron distintas resoluciones, reglamentos policiales vigentes y el "Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley" cuyo ámbito de aplicación es para la fuerza y que con su accionar causaron la muerte del joven oficial de 26 años como consecuencia de asfixia por sumersión.

También los integrantes de la cúpula quienes no previeron ni controlaron las condiciones en las que se hizo el curso formación del COER en Viedma y Bahía Creek. Esa omisión posibilitó que se modificara el lugar de realización y se trasladaran a Bahía Creek, una zona desértica, sin señal de telefonía celular y "sin los elementos mínimos de seguridad para ingreso al agua, sin controles y/o asistencia médica en el lugar, sin medios de comunicación adecuados, sin ambulancia o equipos de primeros auxilios adecuados, sin chalecos salvavidas y/o torpedos, sin lanchas de apoyo, sin la previsión y asistencia de guardavidas y sin el control de personal de Prefectura Naval".

Además el fiscal señaló una serie de vejámenes a los que fueron sometidos los aspirantes. Ortiz tiene pruebas de que hubo escasa alimentación e hidratación y no se los dejaba descansar ni de día ni de noche. También tiene probado que "fueron sometidos a maltratos y obligados a soportar prácticas humillantes tales como orinar a uno de ellos, golpearlos, colocarse mascaras de excremento animal sobre sus rostros y hacerlos ingresar al mar a altas horas de la madrugada, entre otras circunstancias y que culmina con la muerte de Mandagaray por asfixia por sumersión en función de encontrarse dentro del mar como parte del curso de capacitación".

Muchas de las cosas que señala el fiscal en su presentación fueron evaluadas luego de la inspección ocular que se hizo durante los últimos días de julio. Allí los aspirantes señalaron un tanque australiano del campo "Las Marías" donde los hicieron meterse y después mojados caminar unos 40 kilómetros entre las dunas. Durante esa caminata, los jóvenes policías acusaron a Nahuelcheo de orinar a Mandagaray. También Contreras fue señalado por agredir al aspirante Esteban Lagos Millapán que sufrió la fractura de la primera vértebra lumbar.

En cuanto a las circunstancias en las que se ahogó el joven policía, sus compañeros explicaron que apenas llegaron de la agotadora caminata, los obligaron a meterse al mar con un pesado tronco en sus brazos. La víctima le manifestó a sus jefes que no sabía nadar, pero hicieron caso omiso y lo obligaron. Los dos oficiales que lo acompañaban Emmanuel Quiribán y Fabián Erice relataron que ellos fueron rescatados por sus propios compañeros, en tanto que a Mandagaray lo chupó la marea y después de una hora y media el mar lo expulsó ya sin vida.

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