Un hombre de 58 años pasó dos años en la cárcel de José León Suárez por ser acusado de violación, hecho que jamás cometió. Este miércoles, el Tribunal Oral N°7 de San Isidro lo absolvió porque no se pudo probar la existencia del delito por el que se lo imputó y ordenó su inmediata liberación.
“Mucho no puedo hablar, lo único que sé es que en dos años me arruinaron mis 58 años de vida. Jamás había tenido un problema, jamás estuve fuera de la Justicia, mi familia es intachable, la familia de mi expareja más aún, es gente reconocida en zona norte, a mí me arruinaron la vida. Yo creo en la justicia, nada más”, fueron las sentidas palabras del acuso que vivió un calvario por dos años.
Al quedar en libertad, el juez el Alejandro Lago, a cargo de la presidencia del Tribunal indicó que “este órgano colegiado siente la necesidad de pedirle disculpas en nombre de la Justicia, por estos casi dos años que pasó privado de su libertad, sabiendo que esto es irremediable”
D.M estuvo preso desde julio de 2021, cuando una mujer lo acusó de que había abusado sexualmente de ella. El supuesto hecho había ocurrido en un departamento de Martínez, provincia de Buenos Aires, cuando una vecina llamó al 911 para denunciar que “escuchaba gritos” del departamento del primer piso.
Los efectivos policiales al llegar al lugar, dialogaron con la mujer que lo denunció quien indicó que el acusado “la tomó por la fuerza, tirándola al suelo, desvistiéndola y abusando sexualmente de ella, para luego, ante el forcejeo y el pedido de auxilio de la víctima, soltarla, vestirse y retirarse del departamento”.
Tras esta única declaración, la policía esposo a D.M. y luego el fiscal de instrucción pidió su detención al juez de Garantías, que convalidó la medida. Durante todo el tiempo que estuvo en la cárcel el hombre manifestó su inocencia y su abogado solicitó su excarcelación, pero una Sala de la Cámara de Apelaciones y Garantías departamental rechazó la solicitud, por lo tanto D.M. siguió estando tras las rejas.
Para probar que él no había cometido los aberrantes hechos por los cuales se lo acusaba, el hombre tuvo que llegar al juicio oral, que se llevó a cabo el 20 de julio pasado, donde el abogado en todo momento lo defendió mencionando que “no había tenido ninguna vinculación con el hecho y bregaría por su inocencia”.
Por su parte, el fiscal del juicio afirmó que convocaría a declarar a la víctima para que aportara su testimonio, pero ella nunca pudo asistir a la audiencia ya que se excusó que había tenido un ataque de pánico. Los médicos que la atendieron dijeron que era conveniente que no declarara debido a que esa situación de estrés pondría en riesgo su vida y agravaría la patología por la que era atendida en el hospital de San Isidro desde 2018.
El que si declaró en el tribunal fue la psiquiatra que la atendió, quien expresó que “no recuerdo eso de haber relatado un abuso en sí, ni tampoco que haya ido a declarar a una fiscalía; sinceramente no recuerdo lo que relató en la entrevista, lo que sí es que luego de ese episodio se le hizo un ajuste farmacológico”. En este mismos sentido, expresó que “específicamente, en una oportunidad trajo una situación de que había conocido hacía poco a un hombre y que vivía en su casa; me entero ese día y me comenta que había habido una situación de abuso sexual; estaba desbordada, llorando y se trabajó luego de ello, pero luego no se habló más”, sostuvo la profesional.
Cuando el defensor le preguntó a la psiquiatra si alguna vez la paciente le dijo cuándo habría ocurrido esa situación de abuso, la testigo respondió que nunca hubo precisión sobre la fecha, aunque manifestó que lo denunciaría.
Además, un testigo que conoce a la denunciante expresó que “la considero peligrosa, es violenta y tiene problemas psicológicos, discute con personas habitualmente; con la madre, que la vi una o dos veces, la vi gritarle de una forma increíble, y tuve algún que otro altercado, llame al 911 y ella también. Ella tiene una metodología que consistía en traer gente a su casa, hombres adultos, los invita a vivir y cuando no lo quiere más, llama al 911 o se pelea, les grita y los echa del lugar”.
Durante el juicio también declararon los policías que, supuestamente habían participado del procedimiento en el lugar del hecho, pero ninguno de ellos recordó el episodio y afirmaron que nunca estuvieron en el lugar.
Ante la imposibilidad de tener una declaración testimonial y a partir de algunos otros elementos, el fiscal consideró que había existido un hecho de violencia, pero que no se podía acreditar el abuso sexual. El informe médico indicó que la víctima tenía moretones, pero también se dejó constancia de que la testigo había explicado con anterioridad que había tenido relaciones consentidas con otro hombre.
En la última audiencia de este miércoles, luego de escuchar y analizar los alegatos del fiscal y la defensa, los jueces resolvieron la absolución del imputado por la imposibilidad del Ministerio Público de probar su responsabilidad en el delito y ordenaron la inmediata liberación de D.M.