Caso Otoño Uriarte: una jugada de los defensores retrasó el juicio

Cuando parecía que finalmente la causa por la desaparición y muerte de Otoño Uriarte llegaría a juicio, todo se vuelve a dilatar. Una jugada legal de dos de los acusados obligó a posponer la audiencia de control de acusación que estaba programada para el próximo lunes, y no se fijó nueva fecha.

La joven de Fernández Oro desapareció el 23 de octubre de 2006 y fue encontrada dentro del canal Principal de Riego en la Usina del 30, seis meses después. Tras 17 años de idas y vueltas, la Justicia rionegrina dio un último plazo antes de archivar la causa y que quede impune. la fiscal Teresa Giuffrida y la abogada de la familia Gabriela Prokopiew se pusieron de acuerdo y hace casi un mes solicitaron el control de acusación, indispensable para pedir la elevación a juicio.

Pero tras conocerse la noticia y al ser citados para la audiencia del próximo lunes, dos de los imputados se presentaron con nueva representación legal. Ahora tienen abogados particulares que solicitaron más tiempo para estudiar el expediente y de esta forma trazar una estrategia de defensa. La jueza Agustina Bagniole consideró que el pedido era razonable y les otorgó cuatro meses.

Entonces, de esta forma, se suspendió el control de acusación, que recién se podrá hacer algunos días antes de la feria en diciembre o sino en febrero de 2024. Pero los seis imputados tienen más posibilidades legales para evitar que se realice el paso previo a la elevación a juicio. Es que si alguno de los defensores solicita nuevas medidas de pruebas y la jueza se las concede, los tiempos se estirarán aún más.

Los imputados por la desaparición y muerte de la joven de 16 años son Néstor Ricardo Cau, Germán Ángel Antilaf, José Hiram Jafri, Maximiliano Manuel Lagos, Federico Axel Saavedra y Juan Marcelo Calfiqueo. Todos jóvenes de la localidad, todos conocidos por Otoño.

La última vez que la vieron a la joven fue el 23 de octubre de 2006, cuando cruzaba el puente de La Viña, que entonces separaba la zona urbana de Fernández Oro con la zona de chacras. Ella había salido a la mañana de su casa, en bicicleta con rumbo al colegio. Pero cuando fue a buscarla a la casa de la amiga donde la había dejado, el rodado ya no estaba y tuvo que emprender el camino de regreso a pie.

La principal hipótesis indica que esta fue una maniobra de los acusados para garantizarse que Otoño iría caminando por la zona rural y sería más fácil atraparla. Aunque hubo sospechas de una red de trata, nunca se supo quién la capturó, dónde y cómo murió, si fue abusada y dónde estuvo hasta que la arrojaron al canal Principal.

El cuerpo fue hallado en un estado avanzado de descomposición; sin embargo desde la zona genital lograron recuperar algunos vellos púbicos que debían ser peritados, pero sólo se pudieron estudiar algunos. El resto no, por una cuestión presupuestaria. Las pruebas contra los imputados siempre fueron muy débiles y eso complicó el avance de la causa.

También, fue determinante el mal desempeño de los funcionarios judiciales de Cipolletti que tuvieron que investigar. Por eso en caso de que llegue a juicio, ante la cantidad de excusaciones por haber intervenido en su momento o haber resuelto planteos por parte de la defensa, quedan escasos magistrados para poder intervenir.