En una clara conducta de abuso policial, un oficial reconoció su culpa y fue condenado a dos años de prisión por partirle la tonfa en la cabeza a un motociclista. El cumplimiento de la pena es condicional, por lo que no irá preso, sin embargo al quedar inhabilitado para el uso de arma de fuego, no podrá ejercer más en el escalafón seguridad de la fuerza rionegrina, por lo que deberá quedar afectado a tareas pasivas, con una disminución de su salario.
El juicio se desarrolló bajo la modalidad abreviada, que consiste en reconoceer la culpabilidad de los hechos y pautar algunos beneficios en la condena. De esta manera, el oficial Diego Ruiz, de la Subcomisaría 65° de Godoy, fue sentenciado a dos años de prisión de ejecución condicional. No cumplirá su pena en prisión, pero enfrentará una serie de restricciones y obligaciones. Además, se le impuso una inhabilitación para portar armas de fuego por un período de cuatro años, una sanción que impactará significativamente en su función como policía.
La sentencia, homologada por la Jueza Claudia Lemunao, surgió tras un acuerdo entre la fiscalía, la defensa penal pública y con el consentimiento de la víctima. Fue hallado culpable de "vejaciones en concurso real con lesiones leves agravadas por haber sido cometidas por un miembro de las fuerzas de seguridad" según los artículos 89, 90 en función del 80 inc. 9 y 144 bis inc. 2 del Código Penal.
El hecho ocurrió en la noche del 23 de febrero de 2020 en la plaza San Martín, de Godoy, donde Ruiz, formaba parte de un control vehicular y golpeó violentamente a un motociclista con su tonfa. El impacto fue tan fuerte que el bastón de policarbonato se partió y le causó al motociclista un traumatismo considerable en la nuca. Aunque la lesión no fue grave, y nunca estuvo en peligro la vida de la víctima, el abuso de autoridad fue denunciado.
Como parte de su condena, Ruiz deberá cumplir con una serie de pautas de conducta, incluyendo presentaciones periódicas ante la justicia y la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima. La falta de armas para el cumplimiento de sus funciones de prevención pone en cuestión su futuro dentro de la fuerza, ya que la Jefatura de Policía deberá decidir su nuevo rol dentro del cuerpo.