Una noche de desesperación terminó con un milagro en Ferri. Una joven madre irrumpió en la base del Grupo COER con su pequeña beba en brazos, sin respirar y con convulsiones. Lo que siguió fue una carrera contra la muerte: tres policías se jugaron todo para reanimarla y la nena volvió a la vida justo al llegar al hospital. Los uniformados no dudaron y trasladaron a la niña y a su madre en el móvil policial con código rojo hasta el Pedro Moguillansky.
Pasaban las diez y media de la noche del lunes, cuando la mujer, fuera de sí, llegó desesperada y pidiendo ayuda. Los agentes no dudaron ni un segundo. Uno de ellos tomó a la beba y comenzó a hacerle RCP mientras los otros dos preparaban el patrullero. En ese instante no había tiempo para pensar: cada segundo valía oro.
Con la sirena al máximo y el corazón en la garganta, salieron rumbo al hospital. Durante el trayecto, dos policías siguieron con las maniobras y pidieron por radio que despejaran el camino. En la frecuencia se escuchaba un solo mensaje: “Código rojo”. Móviles de otras comisarías se sumaron para despejar el tránsito ante la urgencia. Los minutos se hicieron eternos, pero el pulso débil de la pequeña dio la primera señal de esperanza.
Cuando llegaron a la guardia, el milagro se hizo ruido: la beba rompió en llanto. Los médicos la recibieron y confirmaron lo que todos esperaban, que había reaccionado. La madre se quebró y abrazó a su hija mientras los policías respiraban por primera vez en varios minutos.
En el hospital no tardaron en destacar el accionar policial. Rápido, humano y efectivo. Esa mezcla de instinto, entrenamiento y coraje que no se aprende en los manuales, pero que a veces marca la diferencia entre la vida y la muerte. Desde el Minsiterio de Seguridad de Río Negro se valoró la tarea de los sargentos Jaime Damián Pereira, Jorge Damián Burgos y el cabo 1° Julián Alejandro Busnadiego,
El episodio ocurrió en silencio, sin cámaras ni aplausos. Pero en esa base del COER, y dentro de ese patrullero que anoche cruzó Ferri a toda velocidad, tres uniformados demostraron que también saben salvar vidas.