La madrugada se rompió con el avance del grupo Coer. En una serie de allanamientos simultáneos entre Roca y Cipolletti, la Policía de Río Negro desarticuló una peligrosa organización acusada de protagonizar violentas entraderas y robos en viviendas de la región. Fueron detenidos cuatro sospechosos con antecedentes en este tipo de delitos tras meses de investigación y un quinto sigue prófugo.
Los operativos comenzaron antes del amanecer, cuando el silencio todavía dominaba las calles. A las seis y media, los grupos del COER irrumpieron en distintos domicilios señalados como base de operaciones delictivas. Las escenas fueron contundentes: puertas derribadas, vecinos asomados por las ventanas y una orden clara.
La investigación no nació de la noche a la mañana. Según fuentes consultadas por Mejor Informado, los robos se venían repitiendo desde octubre del año pasado y tenían un mismo patrón: ataques rápidos, violentos y con planificación previa. Los ladrones elegían sus blancos, entraban y se movían como si conocieran cada paso de la Policía.
Y no era casual. En los allanamientos se secuestraron radios portátiles, controles de alarmas y portones automáticos, además de municiones, ropa vinculada a los asaltos, teléfonos celulares, drogas sintéticas y plantas de marihuana. Todo apunta a una banda organizada que combinaba el robo y algún tipo de relación con uniformados en actividad.
Los investigadores no dudan: los detenidos formaban parte de una asociación ilícita dedicada exclusivamente a atacar casas de familias en Cipolletti, Neuquén y Roca. Los vecinos de varios barrios habían denunciado el mismo modus operandi: sujetos encapuchados, con ropa similar a la de la Policía, movimientos rápidos y amenazas a punta de arma.
Gracias a la coordinación entre la Fiscalía N°2 y las brigadas de investigación de distintas ciudades, la Policía logró poner fin a una seguidilla que mantenía en vilo al Alto Valle. La fiscal del caso dirigió los procedimientos junto a unidades de Allen, Villa Regina, Cinco Saltos y la colaboración de sus pares de Neuquén, en una operación que demandó meses de trabajo encubierto y análisis de comunicaciones.
Mientras los cuatro sospechosos quedaron detenidos y a disposición de la justicia, un quinto integrante logró escapar durante el operativo y es intensamente buscado. Las autoridades sospechan que podría haber abandonado la provincia.