Una amenaza de bomba activó esta mañana un amplio operativo de seguridad en el centro de Bariloche, y la Policía de Río Negro decidió mover todas las fichas. En pocas horas, tres viviendas de distintos puntos de la ciudad quedaron patas arriba en una investigación que, además de celulares clave, destapó un inesperado “cultivo casero” de cannabis.
El primer allanamiento fue en una casa de la zona de Kromer y Centinela. Allí, el procedimiento avanzó sin sobresaltos y los efectivos se llevaron ocho teléfonos celulares que ahora pasarán por peritajes. Son piezas que, creen los investigadores, pueden encajar en el rompecabezas de la intimidación que sacudió al Poder Judicial.
Al mismo tiempo, otro equipo se metía de lleno en Pasto Verde, con la unidad especial apoyando el operativo. Mientras revisaban un pequeño depósito, los policías se toparon con veintiséis plantas de cannabis sativa, algunas de más de un metro. El hallazgo obligó a convocar a Toxicomanía, que pesó y secuestró la totalidad de las plantas, siguiendo el protocolo federal. También se incautaron seis celulares más.
El tercer allanamiento se realizó en una vivienda de Chazarreta, donde apareció un teléfono considerado “clave” para la investigación. Todo quedó registrado y enviado al área judicial para avanzar con las próximas medidas.
La Policía también verificó una orden de detención vinculada al caso, aunque el resultado fue negativo. Aun así, los equipos siguen en territorio, buscando cerrar el círculo sobre un expediente que generó preocupación y sigue sin responsable señalado.
Una amenaza que alertó a la ciudad
Minutos después de las 8, una llamada anónima advirtió que había una bomba dentro del edificio Pilmayquén, sede clave del Poder Judicial de Río Negro. En ese momento, el lugar estaba lleno por un evento institucional que había convocado a jueces, funcionarios, empleados y hasta autoridades del Ministerio Público, entre ellos el juez del STJ Sergio Ceci y el procurador Jorge Crespo.
Tras la advertencia, se activó el protocolo: evacuación inmediata de todo el edificio, cierre de las calles aledañas y notificación urgente a la Policía. Al poco tiempo llegó la brigada antiexplosivos, que inició un recorrido sector por sector para detectar o descartar la presencia de un artefacto. El tránsito quedó interrumpido alrededor del Pilmayquén para garantizar la seguridad y permitir el trabajo de los equipos especializados.