Se confirmó que la mujer que murió en Allen, como consecuencia del monóxido de carbono, estaba de visita en la ciudad. Ella, de 65 años, y su hija, quien la acompañaba, habían llegado desde Valcheta a la ciudad, con la intención de participar en una fiesta de cumpleaños de un familiar.
La víctima, Elba Manquin, y su hija de 30 años se alojaban en una vivienda de la calle Los Cipreses, donde pasaron la noche del domingo, antes de la reunión. Pero la alegría se desvaneció con el amanecer. Según confirmó el Jefe de la Comisaría 6°, Carlos Manqueo, madre e hija fueron halladas en el interior del domicilio en horas de la mañana. La mujer mayor ya no presentaba signos vitales cuando los equipos de emergencia irrumpieron en la escena. Su hija, en estado crítico, fue trasladada de urgencia al hospital de Allen.
Ante la gravedad de su cuadro, y la necesidad de una atención con mayor complejidad, debió ser derivada urgente al hospital Francisco López Lima de Roca, donde aún lucha por su vida. Es que el monóxido de carbono se adhiere a la hemoglobina de la sangre, impidiendo que esta transporte oxígeno a los tejidos, lo que afecta principalmente al cerebro y el corazón.
El hogar que debía ser un refugio se convirtió en una trampa mortal. Bomberos Voluntarios, Defensa Civil, Salud Pública y la Policía de Río Negro trabajaron en el lugar, intentando reconstruir los últimos momentos de la víctima. Las primeras pericias confirmaron lo inevitable: la intoxicación por monóxido de carbono, un gas traicionero que no avisa, que no huele, que no se ve, pero que roba el aliento hasta apagar la vida.
El fiscal de turno decidió que no se realice la autopsia y confirmó las causas de la muerte con el certificado extendido por el médico policial, quien revisó el cuerpo antes de ser retirado de la vivienda.