¿Te robaron el celular y soñás con una revancha épica? Bueno, alguien lo logró. Y lo hizo con una jugada digna de película, o mejor dicho, de Twitter viral. Todo comenzó con un clásico arrebato callejero: un pibe caminaba por Ciudadela cuando un chorro le manoteó el celular y salió disparando. Pero lo que no esperaba el ladrón es que su víctima tuviera más cardio que bronca.
“Lo corrí, le llegué a pegar un arrebato en la cara y se le cayó su celular”, cuenta el protagonista de esta historia que rápidamente se volvió tendencia. El delincuente logró escapar subido a una moto, pero en la retirada dejó un souvenir valioso: su propio teléfono.
Y ahí empezó la segunda parte del operativo venganza. El celular del ladrón tenía una contraseña de facil acceso: 1234. “Ni para eso sirven las lacras estas”, remató el damnificado, indignado pero con una joya tecnológica en mano. Intentó contactarse con la familia del chorro, mandando mensajes a su pareja, su madre y hasta los grupos familiares de WhatsApp. Pero nadie respondió. Bloqueado, ignorado y, para colmo, sin su celular.
Así que tomó una decisión drástica: publicar las fotos hot del ladrón en sus propias redes. Sí, tal cual. “Tenía fotos en bolas, en el telo, en culo, con la jermu… todo”, relató, casi con placer. Y funcionó. El ladrón, herido en su honor digital, hizo lo impensado: viajó desde Barracas hasta Ciudadela a devolverle el celular.
Pero la historia no termina ahí. Cuando el chorro recuperó su dignidad rota, se atrevió a quejarse. “Flaco, no me podés escrachar así, tengo familia”, le dijo, como si la decencia fuera parte del repertorio de un arrebatador. La respuesta del protagonista fue digna de archivo: “Se me saltó la chaveta y lo empecé a mandar a la mierda”. Una historia con moraleja inesperada: a veces, el karma tiene Wi-Fi. Y si te dedicás a robar celulares, por lo menos poné una contraseña mejor. O escondé las nudes.