En un nuevo miércoles de protesta en el centro porteño, jubilados y distintas organizaciones sociales se movilizaron al Congreso de la Nación en reclamo de mejoras en sus haberes y prestaciones. La manifestación, que también incluyó el pedido de un bono más alto y el restablecimiento de la movilidad jubilatoria, estuvo marcada por momentos de tensión con las fuerzas de seguridad, que desplegaron un importante operativo y aplicaron el protocolo antipiquete.
Desde horas de la mañana, la Policía de la Ciudad intentó evitar los cortes totales de la avenida de Mayo y escoltó la movilización para contener su avance. En ese marco, se registraron empujones y forcejeos con algunos manifestantes a la altura de la calle Libertad, donde los efectivos formaron un cordón policial para frenar el paso hacia la Plaza de Mayo.
El operativo incluyó vallados en los principales accesos al Congreso, móviles policiales y desvíos de tránsito en sectores como la intersección de avenida Callao y Rivadavia. Pese a las restricciones, las columnas lograron avanzar parcialmente, y los manifestantes expresaron su malestar por el ajuste en curso y las condiciones de vida de los sectores más vulnerables.
Entre las consignas más repetidas, se exigió que la jubilación mínima ascienda a $1.250.000, la restitución total de los medicamentos y tratamientos a través del PAMI, y el fin de los recortes a las prestaciones sociales. "El brutal plan económico del FMI golpea a todos los sectores populares", afirmaron los voceros de la convocatoria.
A la marcha se sumaron trabajadores de distintas empresas, agrupaciones estudiantiles, de derechos humanos y otros sectores en lucha, que expresaron su solidaridad con el reclamo de los jubilados. También se pronunciaron contra los vetos presidenciales a leyes vinculadas al sistema previsional, e hicieron un llamado a la unidad entre todos los sectores afectados por el ajuste.